La solapa del abrigo subido hasta las orejas y el gorro bien calado era el uniforme obligado ayer en el circuito de Shanghai. Alguno incluso echaba de menos un par de guantes. Enorme contraste el de esta Fórmula 1, que viene de soportar en Malasia temperaturas de hasta 35 grados y una humedad extrema, en tanto el termómetro no pasó de los diez grados ayer en todo el día en Shanghai. Ambiente pues de entrenamientos invernales cuando estamos en pleno Campeonato. Hay que bucear en el recuerdo hasta Fuji en Japón tres años atrás o a algún mal día en el circuito belga de Spa para encontrar tanto frío con el Mundial ya lanzado.
El enorme paddock de un circuito ultramoderno, desierto, acentuaba lo gélido en la víspera de que todo eche a andar en China. A Fernando Alonso, protegido con un grueso chambergo «rosso» Ferrari, le costaba encontrar en su memoria rescoldos de temperaturas tan bajas. «Alguna en Bélgica, supongo», comentaba.
Las casetas de los equipos, idílicas cuando luce el sol, pequeñas islas en un lago artificial rodeado de vegetación, eran ayer refugios cotizados. «Perdonad, chicos, pero el equipo está comiendo y Pedro os atenderá aquí». La amable jefa de prensa de Sauber se disculpaba por mandar a su piloto a la intemperie junto a un puñado de periodistas españoles.
Las miradas cómplices estaban en el campamento de Ferrari. Desde el equipo insisten en que los problemas con los motores están aparcados. Dos semanas de trabajo en Maranello dan para mucho. En el cuartel general italiano han diseccionado el propulsor herido de muerte en Malasia, el que dejó a Alonso tirado en el circuito de Sepang, y han dictaminado que no hay nada que temer, que todo fue por cómo se vio obligado a conducir el asturiano con el cambio hecho trizas.
El paddock anda temeroso estos días por el poderío que le puede dar a McLaren su alerón mágico en la interminable recta de Shanghai. Casi todos los equipos se han lanzado a copiar el invento. También Ferrari, que hoy mismo, en la primera sesión de entrenamientos libres, pondrá en el coche del piloto asturiano Alonso su propia versión.
Lo que no está claro es cómo han incorporado al F10 el también llamado «conducto F» y si está lo suficientemente avanzado como para salir con él a la pista el domingo. «Tenerlo sería una gran ventaja», asegura el asturiano.
En realidad, en Ferrari van por otro lado, trabajan con sus propias ideas aunque siempre se mire de reojo al garaje del vecino. «No debemos copiar a nadie, tenemos nuestra línea de actuación», avanza Alonso. Y en eso andan, pero con altas dosis de misterio.
El F10 espera en el garaje con un nuevo paquete aerodinámico, además de pequeños avances mecánicos. «Es un cambio importante… Los entrenadores de fútbol no desvelan sus tácticas, así que nosotros, en la Fórmula 1, tampoco debemos hacerlo». Alonso alimenta el misterio. «Es difícil saber cuánto tiempo de mejora nos dará, pero espero que sean unas cuantas décimas», explica.
Su compañero Felipe Massa no es mucho más explícito. «Es difícil decir ahora si podremos ganar aquí, Red Bull y McLaren están muy fuertes, pero nosotros hemos demostrado que también somos rápidos».
Olvidado el asunto de los motores, queda claro que Ferrari debe dosificar los que le quedan vivos. Arruinado, arruinado, sólo está el de Malasia. Para este domingo Alonso repetirá con el que estrenó en la carrera de Bahrein y que solamente usó allí.
La limitación queda para los entrenamientos de los viernes. Seguirán tirando de unidades usadas hasta el final de la temporada, y será entonces cuando posiblemente los propulsores estén algo viejos. De todas formas, la rotura de Malasia, un motor que había estrenado ese mismo fin de semana, no es lo habitual.
Las simulaciones que se hacen en pretemporada cifran la vida de un propulsor en 2.500 kilómetros. En la sesión clasificatoria de los sábados se recorren unos 200 kilómetros, además de los 300 que tiene un Gran Premio. Llevado al límite, uno nuevo podría durar hasta cinco carreras, lo que está muy por encima de los ciclos de dos y tres que se calculan para los ocho que tiene cada piloto en toda la temporada.