La fiesta en el podio era de McLaren y Fernando Alonso no se animó demasiado a participar. Era, por cierto, la estampa ideal para Emilio Botín. Tres tipos, botella de champán en mano, con la llama del Banco Santander estampada en el pecho. Tenía que ser tarde de celebración en Ferrari, por verse otra vez en el podio y por espantar las dudas que les acechaban después del desastre de Turquía. Pero su piloto estrella, el fichaje más sonado del año, tenía atragantada la espina de saber que habría podido ganar si el tráfico en la pista llega a respetarle siquiera un poco. Así que estuvo contenido junto a los jubilosos Hamilton y Button pero no privó a sus muchachos de la fiesta. Hasta les lanzó desde lo alto el botellón, gesto ahora prohibido por esas cosas de la seguridad en las que tanto insiste la FIA. Para ellos fueron los mayores elogios. «Han estado perfectos, sobre todo en el primer cambio de neumáticos», les reconoció Alonso.
Tenía Canadá pinta de ser una pista propicia para Ferrari. Lo fue a medias porque Massa se atragantó y acabó hundido, víctima de mil y un percances. Pero la lectura es que el Ferrari puede luchar con los mejores, aunque le falta ponerse a tono para las pistas que se le atragantan. «Hemos demostrado que tenemos ritmo para ganar y en Valencia habrá más acción», adelanta el asturiano, ansioso por conocer la versión del F10 que preparan con mimo en Maranello para la segunda carrera española del año. La de ayer, dice, «fue divertida y hemos podido luchar por la victoria, cuando en la anterior carrera terminé a 50 segundos del ganador. Estamos de vuelta a la lucha y la segunda parte del campeonato puede ser mucho mejor para nosotros».
Le queda al piloto asturiano el lamento de que las cosas podían haber sido todavía más bonitas. Buemi, en una extraña y circunstancial posición de líder, y luego Chandhok, doblado, ayudaron a que el español cediese un par de posiciones. También las tuvo con Jarno Trulli, que perdía vueltas en su Virgin. «El tráfico es una parte más de las carreras y esta vez me ha perjudicado, pero también al principio de la temporada me benefició en alguna ocasión. Al final del año estas situaciones suelen terminar equilibradas», reconoció.
Con la tranquilidad de haberse sacudido la presión, Fernando Alonso regresa a Europa a la espera de la carrera de Valencia. Una pista urbana donde los aficionados aguardan al asturiano en el podio. «Espero hacerlo bien, nunca he estado entre los tres primero y sería una gran sensación hacerlo frente a nuestros seguidores».
