Camino del pabellón de Ferrari, Alonso palmeaba con todos los conocidos que se cruzaba. Abrazos y palmadas en la espalda. «Enhorabuena, Fernando». Pegado a él, su agente, Luis García Abad, le cuchicheaba al oído. El piloto sonreía. Otra vez había ganado, diez carreras después, y la losa de 47 puntos ya pesaba menos; 34 le separan ahora del líder Hamilton. Cumplió la primera parte de su operación bikini, la que le imponía subir al podio en Alemania y Hungría, con al menos una victoria, antes del descanso del verano. Venía el piloto de otra batalla dura. Sentado, pero no en coche, sino en la cómoda silla de la sala de prensa. Los medios ingleses la monopolizaron, suyas fueron casi todas las preguntas. Y ninguna con buena intención. Convirtieron al español en el blanco de su ira.
Le preguntaron si no sentía vergüenza por ganar así una carrera; si sería un campeón sucio si al final se lleva el Mundial; le recordaron que no hace tanto habló de carreras manipuladas; que en 2006 dijo que para él, la Fórmula 1 no sería jamás un deporte. Todos los trapos sucios de golpe, en la rueda de prensa más tensa de los últimos años, incluso más que las de su guerra abierta con todo el aparato de McLaren en 2007. También una de las más largas, no había ayer tanta prisa por cortarla.
Se defendió sin dudar y plantó cara a los que quisieron faltarle al respeto. Y aprovechó la única pregunta favorable para hacerla suya. «A lo mejor temen verme otra vez en la batalla», señaló.
Luego aplicó el corporativismo que lleva esta temporada por bandera. Si cuando todo le salía mal, incluso cuando su equipo falló, no se le escuchó una crítica, ayer tampoco iba a ser el día. «Trabajamos para una gran empresa y corremos en equipo. Nos hemos llevado los 42 puntos y otras veces hemos visto compañeros chocarse y quedarse sin nada», como cuando en Turquía los Red Bull de Vettel y Webber desperdiciaron un doblete cantado.
A Massa lo adelantó en el sexto viraje de la vuelta 49, en la horquilla. «Le vi lento a la salida de la curva y le pasé, aquí no hay muchas oportunidades y hay que aprovecharlas», explicó.
Luego le llegó el turno de defenderse. Les faltó sacar la espada a los agresivos periodistas ingleses. «Es tu opinión», le dijo al que le insinuó que sin la ayuda del equipo no habría podido ganar a Massa. Y le dio otra visión del fin de semana al que le transmitió la opinión del ex piloto Eddie Jordan, que pidió su exclusión de la carrera. «Hemos tenido un gran resultado y si esa es la idea que te queda después de ver cómo ha ido nuestro coche en los libres, la clasificación y la carrera es que no has prestado mucha atención».
No quiso Fernando Alonso enzarzarse en peleas sin sentido, menos con el sabor de una victoria que necesitaba como el comer. Y siempre acabó acudiendo a la gran labor que había hecho Ferrari. «Tratamos de hacer nuestra carrera lo mejor que pudimos. Somos profesionales y damos lo mejor que tenemos. Después de dos carreras por fin hemos tenido un buen domingo y estamos muy contentos, aunque a algunos os parezcan más importantes otras cosas», destacó.