Tiene algo el circuito húngaro que convierte las carreras en una lotería. Es el Mónaco de las pistas permanentes, un circuito lento con muchas pero que muchas trabas para adelantar. Un día fue el escenario talismán de Fernando Alonso. Se doctoró en la Fórmula 1 con su victoria de 2003 y regresó al año siguiente para firmar un podio. Desde ahí, nada más. Una carrera floja en 2005, la tuerca mal apretada en 2006, la pelea con Hamilton en el garaje y la pole que le retiró la FIA en 2007, un cuarto puesto en 2008 y la rueda del Renault volando por la pista el año pasado, otra vez mal ajustada, y el castigo de la FIA con la exclusión del equipo para Valencia, más tarde revocada.
Imposible aburrirse en Hungaroring con la promesa de que siempre hay movimiento y muchas veces, polémica. Como este fin de semana, que no ha hecho ni falta lanzar a los coches a la pista, porque el lío venía ya desde Alemania. A Massa no hay quien le enderece el gesto, ofuscado, empeñado en echar leña al fuego de las disputas internas. Su gesto del jueves junto a la tarta de cumpleaños de Alonso era más de funeral que de fiesta. Hay morbo por saber qué pasará en Ferrari si el brasileño se pone otra vez delante del ovetense. Y también por desvelar cómo gestionarán las escuderías las órdenes de equipo, que las habrá, como todos los domingos.
Llega Ferrari crecido, enfrascado con Fernando Alonso en los primeros escalones de su pretendida remontada. El faro es Hamilton, el líder del Mundial, con 34 puntos más que el español y con los Red Bull todavía intercalados, dueños de las poles y aspirantes a una corona todavía con muchos pretendientes.
Alonso está confiado, porque su coche por fin le da garantías. En las sesiones de trabajo libre Ferrari confirmó que está de dulce. Su nuevo difusor es una maravilla, ayuda al agarre y pega al monoplaza al suelo con el flujo extra de aire que llega desde los escapes bajos. El mecano funciona y el F10 volvió a transmitir alegría. Lo de la mañana fue como un test de pretemporada en la Scuderia. Coche desmontado y pruebas de todo tipo.
A la hora de preparar la carrera Red Bull y Ferrari se quedaron solos. Y eso que Alonso no pudo terminar su tanda larga con neumáticos blandos por un fallo eléctrico. Vettel, Alonso, Webber, Massa. El orden en la lista de los más rápidos anticipa la pelea por la pole. En Alemania fue de Vettel por 2 milésimas, pero la amenaza de Ferrari parece más lejana aquí y la primera casilla de la salida parece destinada a uno de los coches de la bebida energética.