Alonso tiene la calculadora apagada. No la enciende para encadenar combinaciones porque su cabeza la ocupan dos situaciones que le harían campeón del Mundo por tercera vez. Es el único que tiene el destino en sus propias manos. La victoria y la segunda posición le entregan la corona. Dará igual lo que hagan Webber y Vettel, si por fin reciben órdenes de equipo o que Red Bull apueste desde el inicio por alguno de sus dos pilotos.
«No perderé ni un segundo de mi tiempo, nada de mi energía, en hacer cuentas. Tengo muchas cosas más importantes que hacer con los ingenieros y los mecánicos del equipo y mi único objetivo es ganar o terminar segundo. Ésa es la meta», explicó el asturiano.
Ferrari llevó a sus pilotos al grandioso parque temático de la escudería. Alonso y Massa compitieron en el simulador junto a cuatro periodistas, los más rápidos de una treintena de aspirantes. Un reportero francés dio guerra, pero falló a poco del final. Apareció Alonso y ganó, con Massa pegado a su espalda. En la montaña rusa, el brasileño perdió la billetera. Carreras para recuperarla tras el sube y baja infernal.
De que no se la roben en la pista anda preocupado el asturiano. Se multiplican los comentarios sobre los movimientos de Red Bull en la carrera del domingo. Vettel y Webber pueden jugar con sus posiciones en función de dónde se encuentre Alonso. Con el alemán al frente, el español tendría que caer hasta la quinta posición para que el título fuese a manos del joven talento. Sin embargo, si Alonso rueda tercero, a Webber le valdría ganar para estrenar su palmarés.
Las preguntas son inevitables y las respuestas, ambiguas: «Ya veremos qué pasa, hay tiempo para pensar», amenaza Vettel.
La indefinición de la escudería puede costarle a Red Bull el Campeonato de pilotos, pero también le ha permitido llegar al cierre con los dos completamente vivos y el de constructores en el bolsillo. Mark Webber ya podría tener el Mundial en su mano si el equipo se hubiese volcado con él. «Con este tipo de estrategias la hemos fastidiado alguna vez, pero también hemos conseguido grandes resultados», dijo ayer el australiano.
La FIA colocó a los tres candidatos en la rueda de prensa oficial. La cortesía y el respeto por las matemáticas invitaron también a Hamilton, que necesita un milagro. «Si gano el título muchos empezarán a creer en Dios», apuntó el inglés.
Lo que resultó extraño fue que también apareciera Hulkenberg. El alemán de Williams fue la sorpresa con su pole en Brasil y como los jueves siempre se presentan cinco, la FIA rellenó con él. No hubo preguntas para él. Bien podrían haberlo dejado esta vez en cuatro.
