No tuvo su tarde Lewis Hamilton. Comenzó la carrera segundo y terminó octavo. Le pasó de todo al inglés. Se vio sorprendido, en uno de los cambios de neumáticos hubo problemas con una tuerca y, para colmo, a última hora, apareció Alonso para acosarlo. Fue la estocada para sus Pirelli. Acabaron golpeándose y del forcejeo salió mal parado el inglés, castigado con 20 segundos por tapar huecos al asturiano de manera irregular.
«Es uno de esos días en los que uno no puede estar contento, pero hay que pasar página y seguir adelante», dijo el piloto de McLaren. No aceptó, sin embargo, su parte de culpa en la pugna con Alonso. A ojos de los comisarios salió tan culpable como el asturiano. «Sé que sólo puedo moverme una vez, pero no creo que haya hecho nada malo. Él se acercó demasiado y me enganchó con su alerón delantero. Perdí algo de agarre con el golpe y necesité realizar otro cambio de neumáticos».