Sebastian Vettel podría tomarse hoy mismo unas vacaciones y regresar cuando el campeonato pasara por Abu Dabi, a dos carreras del final. Aunque Fernando Alonso ganase esas cuatro carreras, el alemán aún tendría doce puntos de ventaja sobre él. Pero no habrá tales vacaciones y ya todos en el paddock le dan por campeón.
El propio Alonso asume que poco más puede hacer que fijarse en objetivos parciales y disfrutar el tramo final del campeonato. «Faltan seis carreras y el campeonato está imposible para mí. Ya no opto al título, así que trataré de entretenerme en las carreras y buscar todas las victorias que pueda».
De todo lo que el calendario pone por delante (Singapur, Japón, Corea, India, Abu Dabi y Brasil) es la próxima fecha la que mejor le viene a Ferrari. Y también a Alonso, que ganó allí en 2008 y también hace un año, en su debut rosso. El de Singapur es un trazado urbano, muy similar técnicamente al de Mónaco, donde el ovetense puso contra las cuerdas a Vettel a pesar de que el F150 todavía iba muy corto de evolución. «Ahora que el coche es algo mejor, es posible que vayamos rápido allí. Me encanta la pista de Singapur y creo que es un buen sitio para buscar la victoria».
Descartado el título, el asturiano no quiere dejar escapar el subcampeonato. «Ya he adelantado a Webber y si termino segundo sería lo mismo que el año pasado», dice sin demasiada convicción, mientras que del fin de semana en_Monza asegura llevarse la satisfacción de haber sentido el calor de la hinchada de Ferrari y de haberles correspondido con un podio que era lo máximo a lo que podía aspirar ante los Red Bull y los McLaren.
«Es difícil correr con la presión de estar en casa, pero a la vez resulta emocionante. Necesitaba una carrera perfecta para llegar al podio porque Red Bull y McLaren estaban algo mejor que nosotros», explica Alonso, que trataba de dar valor a su tercer puesto. «Arriesgué en la salida, intenté tirar al máximo para ganar terreno y al final pude subir al podio. Estoy contento porque adelanté a un Red Bull y a un McLaren en la carrera. Si en algún momento estuve líder fue porque hicimos una gran salida, pero era un lugar que no nos correspondía».
El buen comienzo le dio al asturiano la ventaja suficiente para gestionar el resto de la carrera su ventaja y subir al podio. Afrontó Alonso el último relevo en la tercera posición, superado ya por Button y su McLaren superior. Pero en las últimas vueltas, sufrió más de la cuenta, con un ojo en el retrovisor y otro en la carretera. Al volver del último cambio de neumáticos Hamilton le seguía a siete segundos. Parecía suficiente margen para las últimas diez vueltas pero al Ferrari le quedaba el suplicio conocido de los neumáticos duros. Tanto recortó el inglés, que acabó pegado a Alonso en incluso llegó a activar el alerón móvil para intentar un adelantamiento. «Si dura una o dos vueltas más me habría adelantado», admitió el ovetense.