A Fernando Alonso se le escapó el podio porque su coche es considerablemente más lento que los de los tres primeros ayer en Singapur. Peleaba por subirse, sin embargo, a pesar de su inferioridad. Y_lo estaba consiguiendo a media carrera, cuando apareció el coche de seguridad, un fijo en la pista de Marina Bay las cuatro veces que la Fórmula 1 ha viajado hasta allí. Frente al asturiano quedó con vuelta perdida Jaime Alguersuari, y mientras trataba de quitárselo de en medio, Mark Webber aprovechó el poco hueco que había para colarse y ganar la tercera posición.
Sin dar nombres, Alonso se quejó. «Rodar doblado en un circuito urbano es difícil, y más si no prestan atención», dijo. Bien podía referirse al otro español de la parrilla o a los tres coches que permitieron a Vettel irse en solitario cuando el coche de seguridad había dejado la pista libre. Ignorar los avisos de los comisarios de pista fue una constante, aunque nada más que Kamui Kobayashi se llevó una penalización por no colaborar en la maniobra de doblaje. «Algunos tienen más dificultades para tener la cabeza concentrada en el coche», dijo sobre los doblados.
Con Vettel contando hacia atrás para proclamarse campeón, a Alonso le supo mal quedarse por primera vez sin podio desde que se corre en Singapur. «Lo que más duele en una carrera así es no subir al cajón. Siempre es bonito estar arriba, con el champán y un trofeo más en casa».
A pesar de que Alonso comenzó la carrera fulgurante, la realidad de un Ferrari que sufrió con el neumático superblando terminó imponiéndose. «Salí muy bien, y pude recuperar alguna posición, e incluso tuve la opción de superar en la arrancada a Button... Luego tuve un poco de degradación en los neumáticos, sobre todo, al principio de la carrera», explicó Alonso, que ahora pelea por ser subcampeón. Tiene claro el español que el ritmo del coche no fue el mejor ni ayer ni en los entrenamientos. «Lo cierto es que íbamos más lentos, y tarde o temprano nos adelantan. El cuarto puesto es lo máximo que podía ser», señaló el bicampeón español.
Tampoco le ayudó la aparición del coche de seguridad, que propició el acercamiento de Webber. «Teníamos margen con él, pero tras la salida del “safety car” se nos pegó y al reanudarse nos adelantó», afirmó, antes de encontrar otra razón de peso para su rendimiento. «Lo fundamental es que no hemos sido rápidos en todo el fin de semana».