Cuando Ayrton Senna ganaba carreras, al niño Fernando Alonso apenas le llegaba la curiosidad para tener un póster colgado en la pared. Era difícil seguir la Fórmula 1 en España, más todavía para un pequeño preocupado por su carrera de karting del fin de semana. El mito habría cumplido el domingo pasado 50 años de no ser por su accidente de 1994 en Imola. Su carrera y su vida terminaron en la curva de Tamburello.
A través de revistas y noticiarios a Fernando Alonso le llegaban los ecos de sus victorias, las luchas con Alain Prost… «Para mí era un superhombre», dijo ayer Alonso en Melbourne, «porque yo estaba en el karting y veía a todos los de la Fórmula 1 como héroes». El asturiano no se decantó ayer por ninguno de los dos pilotos de la época. La batalla Prost-Senna quizá le llegó sin necesidad de alinearse en un bando, solamente disfrutaba con las carreras. «Yo tenía entre 8 y 10 años cuando me empecé a enterar un poco de lo que pasaba. Sonaban sus nombres por encima de los demás y era normal tener los pósteres de ellos colgados en la pared de la habitación».