En un país donde el 80 por ciento de la población necesitaría los ingresos de un mes para comprarse una botella, Fernando Alonso probó el champán del podio en la opulenta Fórmula 1. Es el noveno del año y se presentará dentro de trece días en Abu Dhabi con la ilusión de conseguir el único trofeo que le falta de todo el calendario.
La catarata de millones invertidos a las afueras de Delhi dejó una pista imponente, muy del gusto de los pilotos, pero que necesita la mayor brigada de limpieza del mundo para barrer toda la tierra y el polvo que reposaban sobre el asfalto. Había que estar muy seguro para aventurarse a un adelantamiento sin arriesgar la integridad del coche, así que el asturiano no se inmutó cuando cedió una posición en la salida frente al impetuoso Button. El inglés también le ganó a Webber en el cuerpo a cuerpo inicial y se lanzó a discutir la victoria a Sebastian Vettel. No sobra en las carreras el entusiasmo del británico, pero, visto lo que pasó después, se puede imaginar la sonrisa del alemán tras la visera cuando distinguió el McLaren en el retrovisor. A cada intento de Button respondía con un acelerón el Red Bull, que paseó cómodo hasta la meta.
A falta de otros retos, Fernando Alonso aumenta su colección de trofeos. Olvidado el Mundial desde hace meses, completar su vitrina de éxitos es buen entretenimiento mientras la temporada agoniza. En la polvorienta pista de la India sorteó las trampas para escalar hasta la tercera posición, después de entregar en la salida el interesante botín que había conseguido el sábado.
La carrera de Alonso fue contra Mark Webber. Rodó con paciencia cuarenta vueltas detrás del australiano hasta que lo superó en el segundo cambio de neumáticos. Entró primero el Red Bull y al español le bastó con entregarse en dos buenas vueltas para corregir la escasa distancia que le tomaba.
Pasó Alonso con nota el trago de las primeras curvas nada más reintegrarse al pelotón y después mantuvo a Webber a distancia, que sólo se volvió a crecer en las últimas vueltas. Pero el asturiano supo mantener las distancias y regresó al cajón para regar con champán al campeón Vettel. La ceremonia del podio fue como tantas, pero en la sala de prensa todos moderaban su expresión. «Es emocionante hacerlo bien en una carrera nueva, pero los sentimientos de todos aquí son encontrados después porque han sido dos semanas duras para el mundo del motor, después de los accidentes que se llevaron a dos personas que siempre recordaremos», dijo refiriéndose a los fallecimientos de Dan Wheldon (IndyCar) en Las Vegas y de Marco Simoncelli (MotoGP) el pasado fin de semana en Malasia.