Dos carreras, un tricampeón

Alonso y Ferrari quieren confirmar las expectativas creadas tras su unión hace tres años; Vettel y Red Bull, prolongar su dictadura

| 11/11/2012

 

 

El Mundial de F1 de 2012 afronta las dos últimas carreras del año (Austin y Brasil) con dos pilotos, Fernando Alonso y Sebastian Vettel, buscando el que sería para ambos tercer título de su carrera. Alonso, con una desventaja de 10 puntos (245 por 255 del alemán) necesitará para proclamarse campeón que Vettel y Red Bull sufran algún contratiempo. Si, por el contrario, las dos carreras que restan se desarrollan en la línea de lo visto tras el parón veraniego, el alemán será el que se lleve el título.

Ahora bien, han sido muchos los finales de temporada con tanto en juego en los que hechos inesperados decantaron la balanza hacia uno u otro sitio. Baste recordar que un error de estrategia de Ferrari decidió el título en 2010 en favor de Vettel; la presión pudo con Lewis Hamilton en las dos últimas carreras de 2007; una avería en el Ferrari de Schumacher en Japón acercó en 2006 a Alonso al último campeonato que ostenta. ¿Por qué? Las mecánicas llegan a estas carreras sometidas a mucho desgaste. Pilotos, mecánicos, ingenieros y directores de equipo ven añadido al estrés habitual el que provoca la lucha por el título. Ferrari puede sacar provecho de ello o puede quedar fuera de combate en Austin si resultara afectada por alguno de estos males.

¿Quién se juega más en estas dos carreras? Un tercer Mundial para Vettel convertiría su dominio estos tres años en dictadura y permitiría demostrar al resto del paddock que Red Bull es algo más que el difusor soplado del año pasado. Sin dicho artilugio, prohibido por la FIA para cortar las alas del equipo energético, también mandan. Brawn GP, por ejemplo, no fue capaz de prolongar su dominio en 2009, aunque le bastaron los resultados de la primera mitad del campeonato para hacer campeón a Jeson Button. Con un tercer título consecutivo, Adrian Newey seguiría siendo el personaje más influyente de todos cuantos se desplazan circuito a circuito, por encima de pilotos, directores y patrocinadores. Además, visto desde una perspectiva histórica, pasaría a codearse con el hasta ahora  ingeniero más revolucionario de este deporte como fue Colin Chapman, a quien debemos inventos tales como el efecto suelo, los alerones, el chasis monocasco y algo que ahora nos parece tan elemental como imprescindible como son los patrocinadores.

Por su parte Fernando Alonso y Ferrari se juegan confirmar de una vez las expectativas creadas cuando decidieron unirse hace tres años. Desde aquel momento tiene el asturiano al equipo con más solera de la parrilla, y con uno de los mayores presupuestos, a su entera disposición. Todo Ferrari trabaja por y para el ovetense, lo cual es lógico ya que no lo van a hacer para Massa. Ello debería traducirse en la consecución de su tercer Mundial. El monoplaza de este año no ha sido el más rápido en las clasificatorias de los sábados, pero sí de los más consistentes los domingos y Fernando ha sabido rentabilizar como nadie la fiabilidad de su máquina. Comparémoslo por un momento con el McLaren de Hamilton. ¿De qué le sirvió al piloto inglés la pole e ir primero en carrera en los recientes GP de Singapur y Abu Dabi? De nada. La poca fiabilidad del McLaren le hizo perder 50 puntos, a los que habría que añadir los que sus perseguidores consiguieron al ganar un puesto tras sus dos abandonos. Si Fernando Alonso tuviera que elegir entre dos décimas más los sábados o dos abandonos el domingo, para clara la elección.

Por último, y después de  un breve repaso a lo que los protagonistas de este Mundial han hecho los últimos tres años, conviene hablar de  otro piloto que ha estado buena parte de este tiempo fuera de los circuitos pero que ha vuelto como si nunca se hubiera ido. Se trata del finlandés Kimi Raikkonen, cuyo regreso a la Fórmula 1 se puede calificar como muy positivo tanto para él como para su equipo, Lotus, con el que seguirá la próxima campaña. Raikkonen nunca sintonizó con los tiffosi al no rendir culto a la «biblia» de Maranello pues no venera más religión que la de estar a gusto con su vida. No obstante, viendo su buena temporada, su regularidad y su tercer puesto en la general, la pregunta es obligada ¿Por qué lo echó Ferrari? ¿No habría aportado más a la escudería italiana que lo que ha aportado Massa estos tres últimos años? ¿Era Kimi un compañero incómodo para Fernando? No lo creo, ya que el finlandés nunca lo fue para ningún piloto con los que compartió equipo en sus años en la Fórmula 1. ¿No hubiera resultado más barato y más rentable echar a Massa? Si así fuera, el dinero ahorrado en indemnizaciones ¿se podría haber destinado al fichaje de un buen ingeniero aerodinámico?

Adrian Newey, por ejemplo.

  • Raikkonen ha sido el otro gran protagonista de la temporada:  ha regresado a la parrilla como si nunca se hubiera ido

Fernando Alonso y_Sebastian Vettel bromean durante la rueda de prensa previa al GP de Italia. | reuters

 

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