Ni el poder de los Mercedes a una vuelta asusta al nuevo "kaiser" de la Fórmula 1. Lewis Hamilton había sido el mejor en las sesiones libres, pero en cuanto el crono se oficializa es el alemán el que manda. Ayer rebajó en dos décimas el tiempo del británico en la Q3, para arrebatarle la primera plaza en la salida, mientras que el asturiano Fernando Alonso, sexto, se veía beneficiado por la sanción de Mark Webber para ganar una importante plaza que lo termina colocando en la quinta posición de la parrilla, tras el Lotus del francés Grosjean y el segundo Mercedes del alemán Rosberg, y al lado de su todavía compañero, el brasileño Felipe Massa.
La teoría dice que Alonso, a casi un segundo de Vettel por vuelta, no tiene opciones para la carrera de hoy, pues ni siquiera en las tandas largas el Ferrari parece capaz de oponer resistencia al Red Bull, como sí ocurría en el primer tercio del Campeonato. Así, al asturiano no le queda otra que refugiarse en la historia y apelar una vez más al dios de la lluvia para que llore sobre el circuito. Y es que la historia dice que en Yeongam nunca ha ganado el piloto que inició la carrera desde la pole, y que Alonso se impuso en la única ocasión en que llovió, en 2010. Los dos últimos años, con el trazado seco, la victoria fue, cómo no, para Vettel.
"Si llueve se mezclan las cartas y hay que empezar de cero, para nosotros no sería una mala situación", admitía ayer un Fernando Alonso consciente de que en el caos puede encontrar mayores beneficios que en una carrera plana. Y más que de la salida habrá que estar pendientes de la tercera curva, donde el rebufo puede ser clave para ganar posiciones.