Con la clasificación en la mano y ya con el cielo despejado y el asfalto seco, en los corrillos del paddock de Sepang se discutía por qué Ferrari no había mandado a Fernando Alonso a la pista nada más empezar la pelea por la pole. El vanguardista satélite de la escudería dibujaba mapas y tendencias que negaban agua para la primera toma de tiempos. A pesar de que la tromba era histórica, aseguraba que debía detenerse en cuestión de minutos. Implicaba eso que mejorarían las condiciones de la pista y que Fernando Alonso y Felipe Massa podrían salir para saltar cómodamente a la Q2. No fue así, y cuando quisieron mandar a sus gladiadores a la lucha el esfuerzo fue inútil. Atascados en el agua, forzados a buscar el límite en las peores condiciones, el español y el brasileño hicieron nulo en sus intentos por superar el primer listón.
Así que la parrilla de la carrera de esta mañana (10 horas, TPA/La Sexta) lanza al asturiano hasta la 19.ª posición, obligado a una remontada de las que hacen época si quiere agarrar un puñado puntos para seguir al frente del campeonato. La ideal sería como aquella de 2006 en Hungría (15.º en la parrilla), cuando pilotó como un kamikaze bajo el aguacero y llegó a liderar la carrera hasta que a un mecánico se le olvidó apretar una tuerca como es debido.
El asfalto húmedo de los primeros instantes de la Q1 fue suficiente para conseguir el tiempo de paso a la siguiente tanda. Cuando Fernando Alonso quiso salir con sus neumáticos intermedios ya era tarde. Tampoco pudo después, ni siquiera al recurrir a las gomas para lluvia extrema. Al final, sólo tenía dos vueltas para conseguirlo. En la primera pegó un trompo en la curva siete. Giro arruinado. Debía mejorar un segundo su tiempo y en el primer sector ya tenía ocho décimas en contra. Le quedaba el recurso de pilotar a la desesperada y la historia no terminó bien. Volvió a perder el control del F10 sobre una piscina transitada por monoplazas y se fue al fondo de la parrilla.
Alonso saldrá desde muy atrás, sí, pero lo hará rodeado de nobles. El error de cálculo de Ferrari también mandó al fondo a Felipe Massa (21.º). Y la tarde en McLaren tampoco fue de las mejores. Clavaron la estrategia de los italianos, una hipoteca para Hamilton (20.º) y Button (13.º). El campeón de 2008 perdió el control y después se hundió en los charcos. Al menos Button había rascado el decimotercer tiempo y contaba para la Q2. Pero en un momento se vio fuera de pista, descontrolado y atrapado en la gravilla. No tenía nada que hacer, por mucho que los comisarios se empeñasen en devolverle al tráfico a empujones.
Era el momento perfecto para Mercedes y Red Bull. Schumacher cerró la Q2 al frente y parecía que el Káiser iba a resurgir. En ese intervalo se quedaron por el camino los otros dos españoles. Más De la Rosa, que vio cómo Kobayashi se aprovechaba para colarse entre los diez mejores. Alguersuari se quedó solo a dos décimas de Buemi y ambos comparten hoy la séptima línea de salida. Por ese momento ya había dejado de llover pero el arreón definitivo en busca de la pole tendría que disputarse en dos entregas. Mandaba Schumacher cuando el aguacero arreció sin piedad. La bandera roja obligó a detener la sesión casi media hora antes del ataque final. Ahí se perdió el Kaiser, octavo sin más, y dejó el camino libre para que Mark Webber diese a Red Bull la tercera pole del año.
En la imagen Fernando Alonso, ayer, conduciendo bajo la lluvia en el circuito de Sepang. diego azubel / EFE
