Sebastian Vettel sacó petróleo del Gran Premio de Bahrein. En un circuito considerado "territorio Mercedes", donde las "flechas de plata" se habían impuesto con autoridad en las tres ediciones precedentes, el piloto alemán supo aprovechar los errores de la escudería de la estrella de tres puntas para alzarse con una victoria de prestigio que confirma que el Ferrari va bien en cualquier circuito y que Lewis Hamilton tendrá que sudar para alzarse con el título. Hay mundial, aunque no para un Fernando Alonso que cosechó un nuevo abandono y nunca tuvo opción de auparse, siquiera, a la zona de puntos.
Los primeros giros de la carrera fueron eléctricos. En la salida, Vettel aprovechó que partía de la zona limpia para adelantar a Lewis Hamilton y situarse tras un Valtteri Bottas que evidenció estar aún muy tierno para dominar un Gran Premio. El ritmo lento del finés comprimió la cabeza, mientras por detrás "Mad Max" Verstappen animaba el cotarro con una buena salida y su habitual agresividad en pista.
Todo se torció para el holandés tras su primera parada en boxes, en la vuelta doce: a su retorno a pista, con los neumáticos aún fríos, se fue largo en una curva. Apenas unos instantes después, Lance Stroll se comió a Carlos Sainz, que trataba de adelantarle por dentro tras salir de boxes. La colisión obligó a entrar al coche de seguridad y lo que tenía que haber sido una garantía de victoria para Mercedes se convirtió en su ruina.
El principal damnificado por la maniobra debería haber sido Vettel, que había entrado a cambiar neumáticos apenas tres giros antes. Pero Mercedes quiso abarcarlo todo y obligó a sus dos coches a entrar a la vez a boxes. Hamilton, que iba detrás de Bottas, ralentizó a Ricciardo para evitar su adelantamiento, algo que no logró, y fue penalizado con cinco segundos. Tras el baile de garajes, Vettel estaba en cabeza y Hamilton, con la sanción aún por cumplir, cuarto.
Tras irse el coche de seguridad, Mercedes profundizó en su error por su demora al ordenar a Bottas que dejase pasar a un Hamilton con un ritmo a todas luces superior. Vettel, auténtico zorro del desierto de Bahrein, sacó el rodillo y puso tierra de por medio. Para cuando la escudería alemana quiso reaccionar, el de Ferrari ya se había asegurado la victoria. Hamilton terminaría segundo, pobre cosecha para el que era de largo el piloto más rápido en pista, y Bottas completó un podio agridulce para él, cuyas limitaciones quedaron expuestas.
Con todo decidido, la segunda parte de la carrera apenas sirvió para constatar las limitaciones de un McLaren Honda que llegó a desesperar a Fernando Alonso. "¡Nunca he corrido con tan poca potencia en mi vida!", estalló el asturiano por radio, tras ver como Palmer y Kvyat le fulminaban en la recta. Para colmo de males, ni siquiera logró acabar: su motor dijo "basta" en la penúltima vuelta, cuando trataba de mantener la duodécima posición ante el acoso de Kvyat. Al menos, en Indianápolis tendrá un auténtico coche de carreras.
Vettel, el zorro del desierto
El alemán aprovecha los errores de Mercedes mientras Alonso cosecha otro abandono y estalla: "¡Nunca he corrido con tan poca potencia en mi vida!"
Franco Torre |
17/04/2017

Vettel supera a Hamilton en la salida del Gran Premio de Bahrein. / franco torre