De ser cierto que es necesario tocar fondo para tomar impulso, tanto McLaren como Fernando Alonso tendrán a partir de la próxima campaña una gran oportunidad de regresar a la superficie, a la zona noble de las clasificaciones, de la mano de los motores Renault. Y es que ayer en el Gran Premio de Abu Dabi ponían la escudería británica y el piloto asturiano el punto y final a tres años de sufrimiento y penuria derivados de su relación con los propulsores Honda. El regreso de la firma japonesa a la Fórmula 1 ha resultado un auténtico fiasco. Si el objetivo inicial no era otro que revivir los grandes éxitos pretéritos del matrimonio McLaren-Honda (cuatro títulos consecutivos entre 1988 y 1991), el resultado no ha podido ser más frustrante: penúltima plaza en la clasificación de marcas en 2015 y 2017, sólo por delante de Marussia y Sauber, respectivamente, y sexta en 2016 tras Mercedes, Red Bull, Ferrari, Force India y Williams.
Esa sexta plaza en la tabla de constructores en 2016 y la décima de Alonso ese mismo año en la de pilotos ha resultado lo más "destacable", lo poco salvable más bien, de este trienio negro. Tres años en los que la firma de Woking no sólo ha estado a años luz de poder conseguir una victoria, sino también de acercarse siquiera al podio. En los 58 grandes premios disputados en este período la mejor clasificación de los tres pilotos que han defendido sus colores -el británico Jenson Button y el belga Stoffel Vandoorne como compañeros de Fernando Alonso- la mejor clasificación han sido los tres quintos puestos logrados por el ovetense: en Hungría en 2015 y en Mónaco y Estados Unidos el pasado curso. Button lo máximo que logró fue un par de sextos puestos (Austria y Estados Unidos en 2016) y Vandoorne finalizaba séptimo esta campaña en Singapur y Malasia.
Hay más datos que evidencian la falta de competitividad del McLaren-Honda, como el que Alonso sólo alcanzó en trece ocasiones la Q3 en las 56 clasificatorias por él disputadas, por las cinco de Vandoorne en sus veinte participaciones y las cuatro de Button en cuarenta. Más: Alonso abandonó en 23 compromisos; es decir, no pudo concluir el 40 por ciento de las carreras disputadas con el propulsor Honda. Más abandonos que carreras concluidas en los puntos por parte del bicampeón mundial asturiano, que sólo concluyó en dieciséis de sus 56 carreras con el McLaren-Honda entre los diez primeros.
Hurgando entre las notas de estas tres últimas campañas únicamente aparece un dato positivo para las estadísticas: las vueltas rápidas conseguidas por el ovetense en el GP de Italia de 2016 y en el de Hungría esta temporada. Lo demás, pues eso: seguir cayendo hasta tocar fondo a la espera de que la próxima campaña Renault aporte al buen chasis de McLaren la potencia necesaria para regresar a la superficie. El trabajo en Woking va a ser ingente este invierno, pero el buen sabor de boca dejado en las últimas carreras de la temporada por Fernando Alonso ha de servir de acicate en el seno de la escudería británica.