J. M. M.
Los equipos suelen esperar al Gran Premio de Italia, tras las vacaciones, para ir anunciando las novedades de cara a la próxima temporada, pero este año el baile de los cambios no ha esperado siquiera a que se llegara al ecuador del campeonato. Y ha sido Red Bull el encargado de abrir el baile oficializando el fin de su relación con los motores Renault -con los que consiguió cuatro títulos consecutivos de marcas y de pilotos entre 2010 y 2013- para unir su destino a Honda. La escudería energética ha utilizado a su segundo equipo, Toro Rosso, como conejillo de indias para hacerse una idea del potencial que le puede otorgar el propulsor japonés, y algo positivo habrán observado para dar un paso tan atrevido y que tan malos resultados, por ejemplo, ofreció a McLaren; si bien ha quedado en evidencia que no todos los problemas de la escudería de Woking en su trienio negro (2015-17) vinieron determinados por la falta de potencia del motor Honda, pues esos mismos problemas se reproducen ahora con un motor Renault con el que Red Bull sí gana carreras.
De Red Bull también puede salir a final de temporada el australiano Ricciardo, y cada vez son más las voces que apuntan a su futuro en McLaren? de manera muy especial si se confirma que la firma británica dará el salto definitivo a la IndyCar Series norteamericana para disputar con un equipo oficial el campeonato completo (diecisiete carreras entre marzo y septiembre) con Fernando Alonso como abanderado. Y es que después de haber conseguido ya la victoria en Le Mans y de liderar con solvencia el Mundial de Resistencia, el asturiano no sólo se centraría así en conseguir la triple corona que supone lograr la victoria en los tres circuitos más mediáticos del automovilismo -Mónaco, Le Mans e Indianápolis- sino el más difícil todavía de buscar el título en las tres grandes disciplinas: Fórmula 1, Resistencia e Indy. Y la verdad es que hoy por hoy el rendimiento del McLaren anima a buscar alternativas lejos de la F1.