«Tenemos que comprimir en un día el trabajo de tres». Pedro de la Rosa se despide hoy de la pretemporada de su retorno, última jornada sobre el monoplaza antes de que cualquier error ya tenga castigo. Simulación de clasificación, carrera, cambio de neumáticos… un cóctel explosivo de ensayos a bordo del Sauber, un monoplaza con el corazón del motor Ferrari pero con el apellido BMW todavía no revocado en la denominación oficial. Dice el barcelonés que ahora en su cabeza sólo cabe «la búsqueda de décimas para mejorar», pero hay una pieza de caza mayor muy cotizada en el paddock. Se llama patrocinador. Sauber anda metido en esa aventura y el español, elegido por su experiencia, se vuelca con su nuevo equipo y tira de contactos para lograr una de esas pegatinas que dan la vida y apuntalan un proyecto.
Con el tercer tiempo ayer y 39 años cumplidos hace un par de días_, De la Rosa es un tipo contento. «Estoy fuerte, a tope y no me encuentro nada cansado. El coche está bien y creo que estamos a la cabeza del grupo que va detrás de los cuatro destacados que todos sabemos (McLaren, Ferrari, Mercedes y Red Bull). El objetivo es acortar la distancia con ellos, que tampoco es demasiada», dijo ayer.
El problema financiero ahoga en la Fórmula 1. No sólo a esos equipos nuevos que llegaron con una promesa de un tope presupuestario, torpedeado desde las propias escuderías establecidas. Nadie se libra de apreturas, salvo quizá Ferrari y McLaren, y es posible que el Red Bull del millonario austriaco Dietrich Mateschitz. El oxígeno a Mercedes le llega de la mano de Michael Schumacher. Pero ni siquiera este grupo puede recrearse en su economía.
La cuestión que se plantea De la Rosa es el futuro que tendrá el equipo el resto de la temporada. El coche ahora es competitivo, no para ganar, pero sí para andar al acecho de los grandes, a la espera de errores. Pero la rueda no se detiene y las mejoras durante el año sólo llegarán a base de inversión, a golpe de talonario para investigar, diseñar y fabricar piezas nuevas. Sin contar con que dentro de tres meses habrá que destinar recursos al monoplaza de la temporada 2011.
Los cálculos del paddock ponen el ideal para Sauber en 5 millones de euros. En Renault, por ejemplo, se conformarían con tres. Da lástima ver un coche que no hace tanto fue campeón perdido en las catacumbas de la lista de tiempos. Y todavía peor sus camiones, otrora relucientes y ahora blancos inmaculados a la espera de una pegatina salvadora.
Por no hablar de la lucha titánica de Campos y USF1 por permanecer en la parrilla, por llegar al Campeonato aunque sea con retraso. Una fusión entre ambas es el último rumor en circulación por el paddock.