Tampoco Felipe Massa ayudó mucho en la representación, dolido por ver que se le escapaba el triunfo justo un año después del accidente que casi le cuesta la vida en Hungría. Un Ferrari medio parado en la pista es demasiado sospechoso, aunque luego se escudó en que no iba bien con los neumáticos duros y que él mismo fue quien decidió dejar pasar a Alonso «por el bien del equipo». Las intervenciones de su ingeniero por la radio no fueron las mejores. Pidió perdón al piloto y antes hasta le solicitó confirmación de que todo lo había entendido como era debido.
Faltan datos, no obstante, que se irán conociendo. El resto de las conversaciones será clave. Al fin y al cabo, es la realización televisiva la que decide qué escuchan los espectadores, qué comunicaciones se «pinchan» y cuáles no. Igual que esa maliciosa repetición que se vio con el coche de Massa bajo de revoluciones mientras Alonso le adelantaba como una bala. «Para un día que ganó hay lío», dijo Alonso sonriente camino de su camerino y antes de que le llamaran ante los jueces.
Hasta el momento de la polémica el Gran Premio había sido un monólogo de Ferrari. Vettel desperdició la carrera desde la pole. Tanto respeto le imponía Alonso y el fortísimo ritmo del F10 todo el fin de semana que se olvidó de que había más pilotos en la pista. Arrancó bien el asturiano y el Red Bull inició la defensa, arrinconando a Alonso contra el muro. Pista libre para Massa, que se lanzó al horizonte. El ovetense se pegó tras él y así fueron toda la carrera hasta que, en la vuelta 49, sonaron las palabras malditas en la radio del brasileño: «Fernando es más rápido que tú, ¿entiendes?».