Prohibido trabajar. Millones de euros congelados por fuerza en las fábricas de la fórmula 1. Luces apagadas, ordenadores fuera de juego y las naves en manos del conserje. El verano desconecta las factorías, cierra los túneles de viento y manda a la tropa de vacaciones. No habrá refuerzos, ni turnos para el descanso. Del 8 al 21 de agosto, todo el mundo a casa, nada de simulaciones y cero cálculos para las _carreras. Es otra de las medidas de ahorro que acordaron los equipos por aquello de igualar fuerzas cuando creció la idea de una competición de bajo coste que luego nunca cuajó. Ya no es necesario reforzar las plantillas cuando llega el tiempo de descanso. Simplemente, se cierra por vacaciones.
No le puede venir peor el parón a Ferrari. La escudería va hacia arriba, el F10 cada vez está más afinado y los proyectos en Maranello van a contrarreloj, al tiempo que avanzan el calendario y Fernando Alonso trata de recortar la desventaja de un comienzo de año lleno de dudas. Ahora, con la proa en el rumbo correcto, tocan a rebato en Maranello. Preparan otra gran revolución para el Gran Premio de Bélgica. Un paso más en el desarrollo del difusor, la piedra angular en los coches de esta temporada, el único resquicio que han encontrado para arañar unas milésimas a base de aerodinámica, enviando cada vez más aire a la zona trasera para coser el monoplaza al suelo y que circule por las curvas como si fuera por raíles.
A tiempo
Temen no llegar a tiempo y por eso han aplicado una solución sencilla. Máxima intensidad antes de bajar la persiana. Turnos reforzados y más personal para poner a punto los elementos del F10 que utilizarán Alonso y Massa en Bélgica. Sólo una semana para trabajar después de correr mañana en Budapest y apenas dos o tres días antes de mandar las últimas piezas desde Maranello hasta Bélgica una vez que se haya levantado la veda.
Así es la vida en la Fórmula 1, presupuestos millonarios (algo más de 200 de euros en el caso de Ferrari) parados por algo tan mundano como unas vacaciones. Y toda una escudería y millones de aficionados, a la espera de que termine el descanso para soñar con una victoria, un podio o el liderato del Mundial. Incluso en las carreras se descansa.
