Le tocó al asturiano una carrera difícil y la solucionó a lo grande. Dio una lección de pilotaje con un coche inferior y aguantó las embestidas de Vettel con veteranía y aplomo. Contó con la ayuda de la pista, un infierno para los adelantamientos, pero también supo decir al alemán que no tenía pensado dejarse vencer fácilmente. «Ganar es bonito, pero luchar lo es mucho más», dijo Alonso después de la carrera, satisfecho por verse a veinte puntos del líder.
Fernando Alonso
Espíritu de sacrificio
Álvaro Faes Budapest (Hungría) Enviado especial de LA NUEVA ESPAÑA |
02/08/2010
