Por su 34.º cumpleaños a Mark Webber le regalaron el viernes una tarta en Red Bull. Es un clásico de la Fórmula 1 preparar pequeñas fiestas a los pilotos. Pero el regalo bueno lo recogió ayer con su quinta pole de la temporada, otro desafío al equipo, entregado con su joven estrella Sebastian Vettel, relegado ayer a la cuarta posición por un error de pilotaje. Escenario perfecto para el australiano al día siguiente de cumplir 34. Vettel se enteró un día antes y en plena rueda de prensa de que su compañero cumplía años. «No lo sabía, no le he traído nada. Tendré que conseguir un champú del hotel, de esos paquetitos preparados para regalar a última hora», dijo el alemán. La broma toma sentido para calibrar la tensión que se vive en el garaje. Igual que en la última carrera, en Hungría, cuando Vettel aparecía serio y en segundo plano en las fotos junto al trofeo de su compañero.
En Red Bull prefieren al alemán por muchos motivos, sobre todo comerciales. Pero Webber se empeña en contradecirles. Sufrió en Silverstone cuando le quitaron el alerón bueno para entregárselo a «Seb» pero apretó los dientes y empezó a juntar buenos resultados. «No está mal para el segundo piloto, ¿verdad?», soltó por la radio en Silverstone tras conseguir la victoria.
No habló más y se limitó a pilotar. «Spa es un circuito especial, un gran escenario para conseguir un pole», dijo después de lograr su quinta pole de la temporada y sexta de toda su carrera en la Fórmula 1. «Estaba contento con el tiempo que hice pero no sabía si iba a ser suficiente. La lluvia del final me vino bien, pero Hamilton mejoró hasta la segunda posición. Me agrada tener la pole pero creo que esta carrera no se va a resolver en la primera vuelta», dijo.
Vettel no fue rival en esta ocasión. Se fue largo en un par de curvas en su primer intento, y en el último perdió la trazada buena en el decimocuarto viraje del circuito belga. «He pagado por mis errores, pero lo mejor del día es que el coche ha demostrado que puede estar por delante de todos. No pude conseguirlo en la clasificación pero espero hacerlo en la carrera», comentó el alemán.
La batalla en Red Bull continúa en varios frentes. El del equipo frente al resto de rivales y el de la lucha interna entre sus dos estrellas. Si salen de Spa con una victoria habrán dado un gran paso hacia el campeonato. No sólo por los puntos, que todavía no serán definitivos, sino por el golpe de autoridad que supone verles ganadores en un lugar donde nadie apostaba por ellos. Esas predicciones vaticinan también sufrimiento para la siguiente cita, en Monza, en tanto de ahí al final parecen circuitos favorables que les darán alas.
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thierry roge / reuters
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Webber saluda a los aficionados tras lograr su quinta pole de la temporada.