La vida sigue en Ferrari a pesar de todo lo que se juega hoy en Francia. Los ojos de la Fórmula 1 están en el número 8 de la parisina plaza de La Concordia. Toca reunión del Consejo Mundial de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) para estudiar el caso de las órdenes de equipo que la Scuderia suministró a sus pilotos en Alemania. Allí ganó Alonso porque en la radio de Massa resonó una y otra vez el avisó: «Fernando es más rápido que tú». Código para dejar vía libre al compañero. Pasó el asturiano, ganó la carrera y saltó el escándalo. Pero hay tranquilidad en Ferrari. Sin que haya llamado a declarar a los pilotos, solo el director del equipo, Stefano Domenicali acudirá a París. El resto, vida normal de un fin de semana de carreras. El asturiano llega hoy a Milán y por la tarde estará en un acto publicitario. Tan sólo les han pedido que estén localizados por si en el encuentro surge la necesidad de alguna aclaración.
Allí estará un español. El presidente de la Federación Española de automovilismo forma parte del Consejo Mundial. Ocupa una vicepresidencia de la FIA y tiene el caso clarísimo. «Entiendo que no tiene por qué pasar nada. Ése es mi punto de vista personal, pero evidentemente pertenezco a la FIA y el Consejo Mundial y acataré lo que decida la mayoría».
La escena se parecerá poco a las de antaño, cuando Max Mosley dirigía la FIA y asumía todos los papeles del juicio. Tan pronto hacía de fiscal, como de juez en incluso de policía que reunía pruebas. Ahora, el presidente, Jean Todt, asistirá a la reunión sin derecho a voto.
Ferrari argumentará en su defensa en que se limitaron a facilitar información a sus pilotos y que ellos gestionaron el resto de la carrera. En ningún momento solicitaron a Massa que se dejase superar, aunque el brasileño levantó el pie en una zona recta y por su radio se escuchó a su ingeniero, Rob Smedley, pedirle disculpas por la situación.
La trifulca fue de las gordas en el circuito. Los medios de comunicación ingleses acosaron a Fernando Alonso en busca de una confesión y los comisarios llamaron a los implicados a declarar. Se solucionó con una fuerte multa a Ferrari (80.000) euros y enviaron el caso al Consejo Mundial que hoy se reúne.
Alonso, mientras tanto, evita pronunciarse sobre el asunto. El equipo distribuyó ayer manifestaciones suyas, a través del diario que firma en la página web de la escudería. Siempre referidas a sus opciones en el Mundial.