El momento para ganar posiciones será la salida, y algo podremos hacer con la táctica de carrera
De todo el universo Ferrari, Fernando Alonso era el menos afectado por el planchazo de la clasificatoria de ayer. Llegó al campamento del equipo sonriente, como aliviado por salvar una tarde sin daños mayores, por mucho que la opción de cerrar el campeonato en Interlagos se vea ahora más lejana que en las previas. Los niveles de concentración del asturiano están al máximo. Apenas se le ve por el paddock. Presencia obligada en las ruedas de prensa, paseos camino del garaje para verse con los ingenieros y poco más. Sólo el jueves tuvo más exposición, cuando se pasó una hora en la presentación de una marca de encimeras de cocina que le patrocina.
El resto de su vida está enfocada a la carrera de hoy. Reclusión hotelera y repaso mental de la película que espera en la pista. «El objetivo es el marcaje a Webber. Acabar por delante sería fantástico para el campeonato. Y si tenemos que quedar detrás, que sea perdiendo el menor número de puntos posible», dice.
La última vuelta en busca de la pole se disputó en el alambre. Todos con neumáticos de seco pisando el único reguero que no estaba húmedo. En una de éstas Alonso deslizó el F10 más allá del surco y se le fueron unas décimas de oro. Fue en el segundo sector, su punto fuerte ayer. «Mi última vuelta no fue la mejor, pero tampoco las de Vettel, Webber y Hamilton porque Hulkenberg les ganó por un segundo. Había muy poca pista seca y cuando te sales de la línea se va el coche y pierdes mucho tiempo».
Ferrari piensa en dos aliados para recuperar posiciones: la estrategia y la salida. Son los puntos calientes para Fernando Alonso, a la vista de que, por mucho ritmo que tenga en carrera, su desventaja en velocidad punta con Red Bull y McLaren le complica mucho los adelantamientos en el cuerpo a cuerpo. «El momento para ganar posiciones será la salida y algo podemos hacer con la táctica de carrera. En la pista va a ser casi imposible adelantar pues tienen más velocidad punta que nosotros».
Se palpaba la decepción en el entorno de Ferrari. Las ganas de cerrar el título en Interlagos hicieron olvidar el verdadero potencial de Red Bull, siempre favorito los sábados. Aunque sorprendidos por Hulkenberg, los coches austriacos dominaron en el grupo de candidatos. Por eso Alonso se daba por satisfecho, porque había escapado de los contratiempos que siempre aparecen cuando la pista está mojada. Y porque, al fin y al cabo, terminó en un lugar habitual. «Con todo lo que ha pasado, con todos los cambios de neumáticos que hicimos y todos los riesgos que asumimos para pasar a la Q2 y a la Q3 por los pelos, creo que hemos salvado un día complicado. Nos podíamos haber quedado fuera, como le pasó a Button. Queríamos evitar algo así», dijo.
Corrió en una pista mojada con ruedas de seco, como hicieron todos los que lucían en la clasificatoria. Se llevó la peor parte Kubica. En una operación de riesgo, al polaco se le escapó el Renault y cayó a la séptima posición.
Felipe Massa escenificó los problemas de Ferrari. Noveno y gracias, también con muchas dificultades cuando hubo que colocar las ruedas lisas al final. El brasileño apenas tenía agarre y sufrió, como le viene pasando, para conseguir temperatura en las gomas. Será difícil que pueda ayudar a Alonso. Más aún, que entregue a su afición una victoria como la de 2008, aunque aquella tarde se le fue el campeonato en la última curva.
En la imagen Alonso hace el signo de la victoria tras la clasificación. marcelo sayao / efe
