La autopista es eterna entre Dubai y Abu Dhabi. Una anchísima ruta une los dos emiratos más prósperos, por mucho que la crisis del ladrillo haya hincado el diente en Dubai, reluciente con sus complejos artificiales de lujo, archipiélagos junto a la costa con forma de palmera y hasta de mapa del mundo. La atracción en el escenario que decidiría el campeón de esta temporada es el parque temático de Ferrari. 80.000 metros cuadrados en honor al «cavallino» y una montaña rusa que presume de ser la más rápida del mundo. A Massa y Alonso los esperan ahí esta mañana. Competirán con el aficionado más rápido de todos los que ayer probaron fortuna con el simulador de la escudería.
La llave del Mundial está en Yas Island. La Fórmula 1 llega por segunda vez a la presuntuosa isla que la mano del hombre ha convertido en un centro de ocio. Allí han colocado el circuito, el Ferrari World, hoteles de superlujo y un puerto deportivo de aúpa. Hasta una sucursal del Louvre espera próximamente. La carrera del domingo terminará de noche, amparada en la iluminación artificial al estilo de Singapur. Se conocerá entonces al campeón. Alonso o Webber, quizá Vettel o, por qué no, Hamilton, si es que el inglés le da vuelta a una situación casi imposible para él.
La pista del emirato ofrece pocas opciones de adelantamiento, por eso vale más encomendarse a una buena clasificación el sábado. Si Alonso se coloca delante de Webber habrá dado un gran paso. Le vale terminar segundo la carrera. Intercalarse entre los Red Bull en la parrilla sería un salto de gigante. Si además es el australiano el que sale detrás, mucho mejor para él. El primer Gran Premio se jugará por tanto el sábado.
En la pista, Ferrari espera no entregar tanto terreno a Red Bull como en Interlagos. Los coches austriacos, como siempre este año, salen de favoritos. Pero Alonso tiene sus opciones. El diseño del alemán Herman Tilke, autor de todas las nuevas pistas que se suman al Mundial, descarta en Yas Island las curvas rápidas enlazadas, apenas un par de giros a fondo después de la recta principal y otros dos en el tramo final.
Tiene mucho el trazado de los elementos que le gustan al F10. Frenadas fuertes y curvas de casi 90 grados que piden tracción a la salida. Por eso Alonso llega centrado en su vuelta perfecta para el sábado. Verse en la parrilla con los dos Red Bull delante complicaría mucho la situación para la carrera del domingo.
No quiere Alonso comprobar hasta dónde va a llevar la escudería energética su rechazo a las estrategias de equipo. Se vería raro, antinatural, un triunfo de Vettel con Webber por detrás y Alonso tercero. El Mundial sería para Alonso en ese caso, pero Christian Horner, el director del equipo, ya ha enviado su mensaje. «Nuestros pilotos son inteligentes y sabrán lo que deben hacer». Del todo contradictorio con el jefe de la marca. El que pone el dinero, Dietrich Mateschitz, asegura que no quiere «ganar con trampas».
Red Bull va tan sobrado, tiene tanto coche, que ha llegado a la última carrera con sus dos pilotos optando al Mundial. Por no cerrarlo antes lo ponen en riesgo ante Fernando Alonso. Respetando las remotas posibilidades de Hamilton, el asturiano es el único que les ha aguantado el ritmo hasta el final. El último sprint de Alonso ha sido espectacular. Siete podios en ocho carreras, cuatro de ellos con victoria. Necesita el octavo para ser campeón por tercera vez.
Fernando Alonso acude al Gran Premio de Abu Dhabi consciente de que el tercer título sólo depende de su propia actuación. «El resultado en Interlagos nos permite estar al cargo de nuestro propio destino: con una victoria o una segunda plaza no necesitaremos más cálculos. Podemos hacerlo, aunque nuestros principales rivales sean muy fuertes, ya que hasta ahora, menos en una carrera, han tenido el mejor coche en cualquier tipo de circuito. Pero esto no significa que pensemos que vayan a ganarnos», escribe en su «blog» de Ferrari. Alonso explica que llegó el martes al Emirato «directo desde São Paulo», pero a pesar del largo vuelo pudo descansar. «Después me acerqué al circuito, estuve con el equipo y di una vuelta al trazado en bicicleta».