«Hemos tenido más problemas en tres horas que en los quince días de pretemporada juntos», sentencia Pat Fry, el jefe de operaciones de Ferrari, después de un viernes negro en el garaje rojo. Fernando Alonso pasó más tiempo de pie junto al coche que en la pista. Malas noticias porque era un día señalado para muchas y muy importantes pruebas. De su viaje relámpago a Maranello se volvió la cúpula de la escudería (Stefano Domenicali, Aldo Costa y Pat Fry) con un alerón delantero nuevo bajo el brazo y una serie de soluciones aerodinámicas. Las tenía que probar todas ayer el asturiano pero quedó varado en el taller por la avería en el sistema hidráulico. Tarde arruinada y lista de tareas a la basura, pendiente lo básico para la última tanda libre, antes de la sesión clasificatoria de la mañana de hoy.
Vettel flotaba por la pista con el Red Bull para terminar al frente de los tiempos. Los coches energéticos empiezan otra vez el fin de semana por delante, mientras en Ferrari debían trabajar a destajo y contra el reloj para que no todo venga ya torcido desde el primer día. «Algunos datos del túnel de viento no se repiten en la pista. Hemos localizado varios fallos ya y aunque todavía no tenemos un coche ganador vamos a mejorar pronto». Lo dice el director deportivo Aldo Costa, reflejo de la presión que siente la escudería por verse tan a contrapié desde el minuto uno del partido.
Fernando Alonso, sólo diecisiete vueltas en toda la tarde, se quedó también sin la ahora tan necesaria evaluación de los neumáticos. «No he dado ni tres vueltas seguidas con los blandos, pero supongo que será más parecido a Australia que a Malasia», aventura. En circunstancias normales, los tres del podio deberían solucionar el Gran Premio con solamente dos paradas. Al ovetense le tocará echar un vistazo a los datos de los Pirelli en el coche de Felipe Massa.
En los planes que Ferrari tenía para Alonso venían las pruebas de una serie de piezas experimentales, además del alerón delantero nuevo. No es la «copia» del flexible de los Red Bull, pero sí una primera aproximación. En la primera sesión aparecía en las fotos y por televisión con un tono amarillento. Estaba el ala untada de parafina, que se seca al contacto con aire y deja la prueba de en qué lugares del morro incide más.
Un preocupado Fernando Alonso en el garaje de Ferrari. diego azubel / efe
McLaren llega en plena forma y Mercedes está al alza
Luego se averió el sistema hidráulico, las venas del coche. Una pequeña pérdida en un circuito que soporta mucha presión, significa que el monoplaza se detiene. Pero el asturiano no quiere que el equipo se rinda. «Somos uno de los grandes y nuestro tope no se alcanzará hasta que dominemos un fin de semana desde el viernes y terminemos los dos coches primero y segundo», asegura.
En Ferrari confían en la remontada pero quieren ver a Vettel fuera de las victorias para que no aumente la ventaja. «Tenemos que quitarle todos los puntos que podamos a Red Bull. Y si no lo hacemos nosotros, que sea otro. Cuanto más competido esté todo, mucho mejor para nosotros», dice Alonso.
Cada vez sorprende menos que el coche de Mark Webber no aguante el ritmo de Vettel. Dice el australiano que se debió a sus problemas en las tandas cortas. Que con los duros y rodando largo sí que le salieron buenos tiempos y que cruza los dedos para que el equipo encuentre por fin una solución a sus problemas con el kers.
Hamilton y Button demostraron que McLaren llega a China en plena forma. Su tiempo estuvo muy cerca del de Vettel y la mala noticia para Ferrari es que Mercedes parece resurgir, con Rosberg y Schumacher muy inspirados ayer.
En la escudería revelación, Renault, tuvieron que apañárselas para componer el coche de Heidfeld un par de ocasiones tras dos salidas de pista del alemán. En la segunda se topó con la barrera de protección y tuvo que dar por finalizada su jornada. Y al fondo sorpresa en Hispania, que escapó por primera vez del farolillo rojo y dejó la cola a los dos Virgin.
