Cerca del mediodía en Barcelona. Paseo de Gracia, 44. En una esquina de la «milla de oro» de la Ciudad Condal, dos centenares de personas se agolpan frente a las vallas que ha colocado la Guardia Urbana. Esperan por Fernando Alonso, que viene a cortar la cinta de la primera Ferrari Store en España. La marca mezcla la influencia de un Gran Premio más que consolidado y el tirón del asturiano con el glamour del «cavallino». En unas pocas manzanas se concentran todas las firmas internaciones de lujo. _Ferrari sólo podía estar allí, con su boutique llena de caprichos. Trescientos metros cuadrados de local y nueve trabajadores que tan pronto venden un imán de nevera a 7 euros como una pistón auténtico por 2.000. Muchos de los aficionados que buscan sitio a codazos y sujetan fotos a la espera da la preciada firma desconocen la noticia del día. Alonso ha ampliado su contrato con Ferrari. Se ha ligado al equipo de su vida hasta el final de 2016, cuando ya tendrá 35 años y la tentación de la retirada empiece a llamar a su puerta. O quizá no, porque con esa edad, o más, todavía dan guerra en la pista tipos como Schumacher, Barrichello, Webber y _Trulli.
La sorpresa del día llegó bien pronto. A las diez menos cuarto de la mañana Ferrari enviaba un comunicado con la novedad. En ninguna agenda figuraba la ampliación del contrato como una de las tareas pendientes. Por eso ayer el anuncio cogió a muchos a pie cambiado.
A su llegada a la Scuderia, el asturiano firmó por tres años, hasta 2013. Eso decía el papel oficial, pero en el paddock era asumida la existencia de una cláusula de ampliación por dos cursos más, que podría ejercer cualquiera de las partes. Se le suponía a Fernando Alonso, por tanto, una estabilidad en _Ferrari que no convertía en urgente lo de la ampliación, pero ayer, desde Italia, rompieron todos los moldes y convirtieron el estreno de la tienda barcelonesa en el escenario para confirmar lo que hacía un rato que habían anunciado.
A bordo de un reluciente Ferrari 458, Alonso, con Massa sentado de copiloto, encendió el ánimo de los que lo esperaban. Saludó y firmó autógrafos antes de cortar la cinta junto a su compañero brasileño. «El deseo de continuar juntos era recíproco, así que ha resultado muy fácil llegar a un acuerdo», dijo el piloto.
El asturiano está en la escudería de su vida. Cuando termine su nuevo contrato llevará siete temporadas en la casa –sólo por detrás de las once de Michael Schumacher– y estará entre los pilotos con más grandes premios disputados en toda la historia. Ahora ocupa el puesto vigésimo segundo del «ranking», con 162 carreras ya a sus espaldas, todavía lejos de las 308 (y subiendo) del brasileño Rubens Barrichello.
«Fernando tiene todas las cualidades técnicas y personales para desempeñar un papel de liderazgo en la historia de Ferrari. Espero que pronto la enriquezca con victorias». Las palabras del presidente de _Ferrari, Luca di Montezemolo, confirman que el asturiano y su equipo son tal para cual. El doble viaje por Renault y la mala experiencia en McLaren le han dado muchas tablas. «Me noto igual que siempre, sólo que ahora sé lo que es útil o no, lo que se puede decir, lo que se puede hacer», dijo en una entrevista reciente cuando le insinuaron que estaba más calmado, que ya no protestaba en público contra el equipo.
En Ferrari ha encontrado Fernando Alonso el trato familiar que tanto extrañó en McLaren. Las conversaciones acaloradas en Maranello le gustan más que las reuniones silenciosas con gente que se intercambia e-mails aunque estén en la misma habitación. Las cosas, buenas y malas, se dicen a la cara.
El nuevo contrato liga su carrera de piloto a Ferrari hasta el final. «Lo que hemos firmado estos días ratifica que acabaré mi carrera aquí. A lo mejor cuando llegue 2016 me veo con fuerzas y ellos quieren que siga, pero después de pasar por esta casa, lo máximo para un piloto de Fórmula 1, cualquier sitio al que pudiera ir sería un paso atrás», confesaba ayer.