De golpe, lo que ocurría en la pista se fue al último plano. Sobrecogió el accidente del mexicano Sergio Pérez y la congoja no abandonó el paddock hasta que las buenas noticias llegaron desde el hospital. El piloto está bien, pero no saldrá hoy a la carrera. Hasta que el SauberSauberSauber incontrolado se estampó fuera de control contra las vallas protectoras a la salida del túnel, la historia se venía escribiendo como todos los sábados. Sebastian Vettel al frente de la tabla con su Red Bull después de una vuelta estratosférica, y el resto, enfrascados en una lucha por ser el primero de los perseguidores.
El trastazo de Sergio Pérez borró otra tarde perfecta de los coches austriacos. Tienen las seis poles del año, cinco en las manos de Vettel, que pone la proa hacia su primera victoria en el GP de Mónaco. Del repóquer de campeones que hay en la parrilla (Schumacher, Alonso, Hamilton, Button y él) es el único que nunca ha estado en lo más alto del podio en el Principado. Sueña con conseguirlo hoy.
El día terminó con un coche energético al frente y con las dudas despejadas de golpe. Fue una bofetada para Ferrari. Otra, y ya van unas cuantas. Fernando Alonso escaló hasta la segunda línea. Cuarto, su techo del presente curso. Pero dejó a todos fríos porque en la Scuderia esta vez sí que esperaban ilusionados un buen resultado. Venía Mónaco como una pista perfecta para el F150, pero Red Bull juega en otra Liga. Y van tan sobrados que son capaces de sestear todo el fin de semana durante los entrenamientos libres hasta que llega la hora de la verdad.
Alonso, el mejor en los libres del jueves, había estado certero también ayer en los entrenamientos libres de la mañana y por el paddock corría el runrún de que esta vez el Ferrari podía dar un disgusto. De eso nada. Para cuando la sesión quedó reventada por el accidente de Sergio Pérez, Vettel ya había registrado un tiempo de postín. Despejada la pista después de que la ambulancia se llevase al mexicano y con sólo dos minutos por delante, nadie alteró el orden que venía de antes.
La interrupción les vino a unos mejor que a otros. A Vettel, perfecto, porque desactivó la lucha por la pole cuando ya mandaba en la tabla. Muy mal a McLaren, con Hamilton hundido en la séptima posición cuando era el favorito para discutirle el dominio a Vettel. Luego anularon su tiempo de la Q3 porque había atajado en la chicane y lo sancionaron con dos plazas. Saldrá noveno. «Ha sido un fallo nuestro al plantear la estrategia. Optamos por intentar una sola vuelta rápida y nos ha salido todo mal», explicaron desde el equipo inglés.
Y a Ferrari, ni frío ni calor, con Alonso en su tope de la cuarta posición y Massa, más atrás, sexto, enganchado en la tercera línea.
La mala suerte de Hamilton es la mejor noticia para Sebastian Vettel, que tiene por delante un panorama bastante claro sin el acoso al que podría someterle el inglés si llega a clasificar delante. Sólo debe el alemán cuidarse un poco de Button, porque a continuación aparece Webber (que no lo atacará) y Alonso ya queda demasiado lejos para intentar locuras en las estrecheces de las calles de Montecarlo.
En la imagen Un desilusionado Fernando Alonso se arranca el pasamontañas ignífugo al término de la sesión de clasificación. max rossi / reuters