Imposible ganarles. El diagnóstico ya está hecho en la casa de Ferrari. Meter mano a Red Bull está fuera de su alcance en este momento. No se rendirán todavía porque al Mundial le quedan aún once estaciones. Es más, para la próxima carrera, en Silverstone, tienen a punto en Maranello una versión muy mejorada del F150º Italia. Una retahíla de novedades para seguir recortando la diferencia, si es que el medio segundo que ayer colocó Vettel a Fernando Alonso es síntoma de que de verdad la distancia ha bajado o es que son las características de la pista las que propician el acercamiento.
Lo que sí es real es que, poco a poco, Ferrari acorta el abismo de la clasificatoria de Australia, la primera carrera del año, cuando Vettel le colocó a Alonso nada menos que 1,4 segundos. En Montmeló, hace un mes, ya había bajado a un segundo, que ayer quedó reducido a la mitad. «Si corriéramos en Montmeló ahora probablemente estuviesen un poquito más lejos, pero vamos evolucionando décima a décima. El problema es que ellos no están sentados mirando y también avanzan», diagnostica Fernando Alonso.
Red Bull es el peor rival que se ha encontrado Alonso en sus diez temporadas en la Fórmula 1. «Nunca he visto un coche tan dominante. En 2004 Schumacher tenía un coche muy bueno, ganaba todas las carreras y se aseguró el Mundial a mitad del año, pero también porque Ferrari era un gran equipo».
No le falla la memoria al español. Al Kaiser le sobraron entonces cinco carreras cuando se metió el campeonato en el bolsillo porque su compañero Barrichello no le iba a disputar la corona. A mediados de agosto ya no había tela que cortar y Schumacher cerró el año con 13 victorias en 18 domingos.
Ahora, «Kylie la juguetona», que así llama Vettel al RB7, va camino de acercarse a esos registros mágicos. «Cuando un coche domina con esa claridad tienes que bajar tus objetivos», se resigna Alonso. «No puedes pensar en la pole o en ganar la carrera cuando esos dos monoplazas son los más rápidos de todos. Es difícil encontrar algo parecido en los últimos años».
No puede ser más claro el ovetense, que andaba ayer resignado y se marcaba la meta de estar en disposición de ganar a no mucho tardar. «Estoy contento porque las diferencias se reducen. Pero está claro que necesitamos mucho más y que esto lleva tiempo. Espero que a lo largo del año se cierre esa distancia y podamos estar a su altura para ganar carreras dentro de poco», dijo.
