De todo lo malo que le viene pasando a Ferrari esta temporada, de todas las dificultades que ha superado la Scuderia, hay una que escapa del todo a su control. Está en el cielo. Es el mal tiempo: el frío y la pista mojada. Nada de eso ayuda a un coche que se toma una eternidad a la hora de poner los neumáticos a la temperatura ideal. Los errores de medición en el túnel del viento hipotecaron el año. Tardaron semanas en darse cuenta en Maranello y para cuando lo corrigieron, Vettel ya había corrido con el Red Bull hasta la línea del horizonte. Recuperado el F150 Italia, el hombre del tiempo no trae más que malas noticias para la Scuderia. No es novedad que llueva y haga frío en Spa, pero sí lo fue en Hungría, donde se dieron condiciones repetidas también en las fechas anteriores en Inglaterra y Alemania. Entre unas cosas y otras, como el tráfico en el que se empotró ayer el asturiano, los sábados son un suplicio y convierten el domingo en una aventura a la desesperada.
«Tendré que correr al ataque», avanza el piloto, conforme al menos con la previsión de tiempo seco que le pasa el equipo. «El coche es competitivo para luchar por el podio y en esta pista, si vas rápido, es posible adelantar».
El sábado de cielo alocado dejó a Fernando Alonso octavo en la parrilla y a Sebastian Vettel otra vez al frente del pelotón. A pesar de las dificultades de su segundo año en Ferrari, nunca se había visto tan retrasado en el arranque de una carrera como estará esta tarde.
Se encontró atrapado tras el mexicano Sergio Pérez cuando volaba en el pulso definitivo a por su vuelta más rápida. «Con tráfico o sin él, no habría podido luchar por la pole. Pero Pérez me estropeó la vuelta buena cuando él venía de una salida de pista. Creo que me ha visto, pero en una cronometrada nadie quiere dejar pasar a otro piloto, porque siempre crees que puedes llegar a tiempo para intentar otra vuelta. Espero que los comisarios lo investiguen», dijo el asturiano, sin saber que la ocupación mayor de los jueces iba a estar en el análisis del encontronazo entre Lewis Hamilton y Pastor Maldonado, que se resolvió con un retraso de cinco puestos para el venezolano.
Lo ayer por la tarde en Spa fue una lucha de supervivencia. Llovía al inicio y había que conseguir un tiempo bueno cuanto antes para no quedarse fuera. Pero para el final de la Q2 el asfalto comenzó a secarse. Y entonces ya se trataba de retrasar al máximo la vuelta rápida para evitar la descalificación.
Alonso pasó el control con el mejor tiempo, pero un par de minutos antes aún no había conseguido el pasaporte a la ronda final. El despiste de la tarde fue de Button, ignorante de que aún tenía tiempo para un giro más y conforme con su crono, cuando todos los demás aún pudieron hacer otro intento con la carretera en mejores condiciones. Así que el inglés se quedó fuera y tendrá que buscarse la vida desde la decimotercera posición.
La tarde, como todos los sábados, fue de Red Bull y de su estrella. Sebastian Vettel ya tiene 9 poles esta temporada. Tres de cada cuatro de las que se ponen en juego son suyas. Y ya tiene 24 en su carrera, una barbaridad para sus 24 años, situado ya entre los ocho mejores de la historia, con los mismos registros que Piquet y Lauda. Dos más le igualarán a Hakkinen, y tres, a Fangio, con sólo cinco pilotos por delante en la lista. Y hoy sale a por otra victoria para continuar el descuento hacia su segunda corona.