Lloran las escuderías de Fórmula 1 cuando el agua aparece por los entrenamientos. Los planes se desmoronan y la interminable lista de tareas se pone cuesta arriba, difícil cumplir con los deberes. A Felipe Massa deberían tenerle en cuenta si llega la sequía. Podrían sacarlo en procesión cuando el cielo lleve meses sin descargar porque el brasileño tienen imán para el agua. Lo de ayer en Montmeló no fue como Jerez, pero sí suficiente para enredar en el turno matinal. Fernando Alonso ya colgó los trastos hasta Bahrein. En una pretemporada pasada por agua, el asturiano apenas se ha visto afectado. Todo lo contrario que su compañero. Al margen del secano de Valencia, a Massa le ha llovido casi siempre. Le pasó la primera semana en Jerez, todo un día bajo un persistente aguacero. Empeoró siete más tarde, cuando sus dos presencias fueron en mojado, y lo remató ayer, con precipitaciones intermitentes en el trazado barcelonés.
Así se truncaron las pruebas aerodinámicas que Ferrari tenía preparadas para la mañana. El F10 rodó sin la aleta de tiburón que había tenido Alonso, un dispositivo en plena fase de estudio en la escudería italiana. Tenía el brasileño su mejor tiempo en un discreto 1.26 cuando el cambio de neumáticos le proporcionó una sustancial bajada hasta 1.22.344.
Dejó de llover y Felipe Massa completó su simulación de carrera, como había hecho Fernando Alonso el día antes. Al brasileño todavía le queda una jornada antes de dar el carpetazo definitivo a la pretemporada.
La buena noticia la acaparó Mercedes. Andan con dudas en la casa alemana. No saben a qué atenerse cuando sólo falta un día para preparar el equipaje con dirección a Bahrein: si al gran tiempo de Rosberg a una vuelta o a la falta de ritmo del Mercedes, un coche que no tiene la fiabilidad que cabía esperar de la máquina heredera de la que fue campeona en 2009 de la mano de Jenson Button.
Como a primera hora no llovió en Montmeló fue la hora y media inicial la que sirvió para conseguir los tiempos buenos. Rosberg consiguió que el Mercedes diese señales positivas en las tandas cortas, pero el coche sigue siendo muy irregular en las largas. Además, cuando calza neumáticos nuevos en seguida los destroza por su excesiva carga aerodinámica.
También el vigente campeón, Jenson Button, llevó a cabo una simulación de carrera. Aunque empezó la jornada con mal pie, ya que su McLaren tuvo que ser remolcado por las asistencias, aprovechó la sesión vespertina para rodar un segundo más rápido que el Ferrari, en un anticipo del duelo que se presume entre el campeón y el aspirante. El trabajo no fue cómodo para Button, que tuvo que descargar su coche a última hora para lograr el tercer crono del día.
Sorprendió el compañero de Jaime Alguersuari, Sebastian Buemi, que puso segundo al Toro Rosso, y otro modesto, Vitaly Petrov, tuvo una buena actuación con el Renault. Al ruso lo superaron varios pilotos en las últimas vueltas pero logró un tiempo muy decoroso en sus simulaciones de sesión clasificatoria y terminó sexto al final de la jornada.
Fue un día de visitas en Montmeló. Estuvo el jefe de Virgin, Richard Branson, que presentó al español Andy Soucek como piloto reserva. Lamentó las críticas que salieron desde Ferrari hacia los equipos nuevos. «Es un poco triste escuchar cosas así», dijo. Aprovechó para avisar de que una competición más barata es posible y que todos deberían apretar sus presupuestos. «Se puede competir con 45 millones», como pretendía Mosley antes de la rebelión de las escuderías.
Norbert Haug supervisó el trabajo en Mercedes, de la mano del director Ross Brawn, poco habitual en los entrenamientos.
