Fuerte resaca en Yeongam la de Sebastian Vettel. El campeón del mundo apareció por la pista coreana con su corona reluciente y la sonrisa de su interminable noche de karaoke japonesa, cuando por fin tuvo seguro el campeonato que llevaba media temporada con su nombre grabado. Cantó el «Yellow submarine» de sus admirados «Beatles» y destrozó unos cuantos clásicos más hasta que su amigo Michael Schumacher se unió a la fiesta. Y ayer apareció por la pista con la cabeza muy alta y su aura de bicampeón. Le recibió Fernando Alonso con un ademán de limpiarle las lágrimas, las que el asturiano sabe que seguro derramó, por su experiencia calcada a la del alemán. Dos títulos consecutivos a muy corta edad y con un equipo orquestado en torno a un piloto, creciendo ambos hasta tocar el cielo de los triunfos.
Con poco en juego para las cuatro carreras que vienen, se desatan los rumores del mercado de fichajes, calientes las habladurías aunque barajen opciones a un par de años vista. Ayuda que los pilotos no dejan pasar una y fue el mismo campeón del mundo, desde el podio de Monza, el que lanzó una declaración de amor a Ferrari tras ganar el templo de la velocidad. «Lo que siento ahora sólo podría mejorarse vestido de rojo», dijo para desatar todos los rumores, a pesar de que su contrato aún señala tres ejercicios más en Red Bull. «Un equipo como Ferrari tiene mucha historia y para cualquier piloto sería bueno formar parte de él».
De momento, en la Scuderia tienen atado a Fernando Alonso hasta 2016 y a Felipe Massa una temporada más, a pesar de que el brasileño sufre a la sombra del asturiano sin haberse subido aún al podio esta temporada. Por si acaso, el español le tiró un cable ayer en Corea. «Estoy muy contento con el compañero que tengo a mi lado, soy feliz con Felipe, y los dos intentamos conseguir lo mejor para Ferrari. Podemos ayudarnos el uno al otro, pero no sé lo que pasará en el futuro. Yo tengo un contrato largo con Ferrari y no puedo saber si él continuará o habrá un cambio».
Le tocó a Alonso compartir sala de prensa por primera vez con Alguersuari desde su desencuentro en Singapur. «Todo está bien con él», aclaro por fin.