Atendían cinco pilotos a la llamada de la FIA para la primera rueda de prensa del año. Cada jueves previo a una carrera, la Federación busca alicientes para promocionar el espectáculo. El piloto local, la sorpresa, el debutante… Para este inicio de campeonato no había que comerse demasiado el coco. «Estarán los cuatro que han sido campeones del mundo», dijeron desde el departamento de comunicación. Así pues, Button, Alonso, Hamilton y Schumacher debían acudir a la cita. Figuraba también Massa en la citación, el casi campeón de 2008, el que cruzó la meta de Interlagos creyéndose ganador hasta que en la última curva el McLaren de Lewis Hamilton ganó la posición que necesitaba para llevarse el título. El brasileño regresa a la competición tras el accidente del año pasado y la FIA quiso tener un detalle con él.
El compañero de Alonso no sabía dónde mirar cuando le pidieron que se quitara de la foto. Algún avispado gritó desde el pelotón de los fotógrafos: «Sólo los campeones». Y Felipe, algo molesto, disimuló una sonrisa. La sangre no llegó al río.
En el centro, primera fila, estilizado como un flamenco, lucía Michael Schumacher, chicle incluido e indisimulado movimiento de mandíbula. Sonreía y daba al inicio respuestas cortas, algo seco, cuando le cuestionaban acerca de su vuelta a la competición. «Estoy muy motivado a la espera de que se apague el semáforo», respondió rutinario. Massa, crecido en Ferrari a los pechos del Káiser y que presume de la amistad entre ambos, lo desarmó. «Sí que estás motivado, se ve que entras bien en el mono y todo». Era un acto pensado para que el póquer de campeones se retase antes de empezar una carrera para la que hay muchos caballos ganadores. «Hay cuatro equipos buenos, así que yo tengo siete rivales de los que preocuparme. No puedo destacar a uno en concreto, pero da igual quién sea, me tendré que fijar en él y nada más», resumió Michael Schumacher. Además de los que lo acompañaban, se refería a los dos de Red Bull, Sebastian Vettel y Mark Webber, señalados, sobre todo el primero, como una clara alternativa. Detrás del Káiser, en segunda fila, los dos de McLaren, Button y Hamilton, cuchicheaban y reían, ajenos a las explicaciones de sus compañeros. «Se ve que se llevan bien», les dijeron desde el patio de butacas. El vigente campeón no frenó las bromas: «Es lo que nos ha dicho que hagamos el jefe de prensa, es parte del espectáculo». Hamilton lo apoyó con una carcajada. Jenson Button se lleva ahora el «número 1» a McLaren, igual que hizo Fernando Alonso en 2007, cuando llegó al equipo inglés. «Subirse al coche, ponerse el casco y ver el “número 1” es una sensación especial», explicó Button, que también ofreció su visión de la temporada. «La competición es fiera, será un año eléctrico, pero creo que eso es lo que engancha a los aficionados. Es bueno tener a Massa de vuelta tras su accidente, y también a Schumacher, que me hace sentirme más joven. Tenemos unos cuantos grandes pilotos en coches muy competitivos. Será un gran espectáculo».