El alemán Sebastián Vettel daba ayer un nuevo golpe de autoridad al imponerse en el GP de Canadá, un trofeo que faltaba en su palmarés, tras una carrera que dominó con insultante autoridad desde la salida, en tanto el asturianoFernando Alonso lograba la segunda plaza tras protagonizar una espectacular remontada adelantando en pista a los cuatro pilotos que le precedían en la parrilla: los alemanes Bottas (Williams) y Rosberg (MercedesMercedesMercedes), el australiano Webber (Red Bull) y el británico Hamilton (MercedesMercedesMercedes).
Vettel incrementa así a 36 puntos su ventaja en la general sobre Alonso, que recupera la segunda posición a costa de un Raikkonen que sólo lograba ser décimo tras verse superado en la última vuelta por un aguerrido Felipe Massa; el piloto que más adelantamientos protagonizó en la pista y que reivindicaba así su papel dentro de Ferrari tras una mala racha sufriendo tres accidentes entre Montreal y la anterior carrera en Montecarlo.
Fue apagarse el semáforo y desaparecer Vettel. Voló el Red Bull del alemán con los neumáticos blandos, mientras que Alonso se enzarzaba con Bottas, al que conseguía superar al término del primer giro, pero alejado ya de Webber, cuarto.
Vettel fue poniendo vuelta a vuelta tierra de por medio respecto a los MercedesMercedesMercedes de Hamilton y Rosberg, mientras que Alonso lograba recortar décimas a Webber hasta situarse a su rebufo en el decimotercer giro. Adelantó entonces el australiano su entrada al garaje para cambiar neumáticos y la operación le salió bien. Cuando el ovetense completaba el suyo, tres vueltas después, estaba de nuevo a casi cuatro segundos del piloto de Red Bull.
No quedaba otra que confiar en el buen ritmo del F138 y en las manos de Alonso para robar milésimas en los pianos. En el giro 25 empieza a coger de nuevo la estela de Webber, al tiempo que éste se sitúa al rebufo de Rosberg. Unas vueltas después se desencadena una batalla a tres bandas y en la 31.ª tanto Webber como Alonso dan cuenta del MercedesMercedesMercedes del alemán.
Parecía difícil que Alonso pudiera cazar a Webber, que había logrado un par de segundos de renta tras superar a Rosberg.Pero en el giro 37 el destino le echaba una mano cuando Van der Garde se despistaba al ser doblado por Webber y éste se dejaba en el incidente parte de su alerón delantero y toda la renta.
Aguantó cinco vueltas aún el australiano con el alerón hecho jirones –¿cómo es posible que marcara en ellas sus mejores tiempos de la jornada poniendo en solfa tanto diseño y a tanto ingeniero?– hasta que en la 42, tras bandear en la chicane, se vio superado por un Alonso que exprimió al máximo su DRS para alcanzar la tercera plaza del podio.
El último cambio por la calle de garajes, a veinte giros para el final, no supuso cambio alguno, con Vettel cómodamente en cabeza con medio minuto sobre Hamilton y 10 segundos de éste ante un Alonso que empieza a limar la ventaja del británico sacando petróleo de los cruces con los doblados. En el giro 60 ya huele sangre el asturiano y en el 62 se lanza sobre el MercedesMercedesMercedes del inglés. No pudo a la primera, ni a la segunda.Pero al tercer intento Hamilton queda vencido mientras antes Vettel se llevaba un susto y cedía la mitad de su renta en una excursión por la hierba.
Era tanta su ventaja que no tuvo importancia. Victoria clara para el alemán, más líder, y esperanzador segundo puesto para un Alonso que sigue siendo fiel a su cita con el podio en las carreras impares: segundo en la cita inaugural de Australia, primero en China (tercera carrera) y España (quinta) y segundo ayer en Canadá (séptima).
Un segundo puesto revitalizador después del desencanto de Mónaco. Un segundo puesto ganado a base de ritmo, templanza y la dosis necesaria de riesgo y valentía para dar el zarpazo en los adelantamientos. Tanto el Ferrari del ovetense como el de un Massa luchador como pocas veces se le ha visto pueden y deben estar en la lucha por la victoria, en la pelea por el título. Pero con podios sólo en las carreras impares y migajas en las pares (10 puntos entre Malasia, Bahréin y Mónaco) no será posible. Tiene ahora Ferrari tres semanas para asentarse. Silverstone (30 de junio) debe significar un nuevo impulso.