Analizaba Fernando Alonso su viernes malayo cuando la tormenta tropical castigó una vez más el paddock de Sepang. Carreras a la puerta del campamento de Ferrari en busca de refugio, justo cuando el piloto explicaba que con esa lluvia los monoplazas serían balsas sobre la pista. “No se puede planear nada porque los neumáticos no evacuan tanta agua. Saldrá el coche de seguridad o habrá una bandera roja. La clave es no salirse de la pista”. De la Semana Santa que tiene a media España con el freno de mano no hay ni rastro en Malasia. Simplemente aprieta el calor y se alterna con chaparrones descomunales mientras en el asfalto un puñado de pilotos de Fórmula 1 se prepara para la carrera dominical, tercera estación del campeonato.
La sesión continua de monoplazas, de Australia a Malasia y tiro porque me toca, lleva mañana por la mañana a las televisiones españolas (10 horas TPA/La Sexta) una sesión de clasificación para la que todos mirarán al cielo antes de ajustarse el mono. Las tandas libres de hoy dejaron séptimo a Fernando Alonso, embarcado en el ajuste de la máquina roja para no desentonar después del buen inicio del curso. Hamilton tuvo el mejor crono todo el día pero dicen los pilotos que no se debe tomar nota del viernes.
En Ferrari dejaron las pruebas con poca gasolina para la tercera tanda libre, mañana a primera hora, las siete en horario español. Focalizaron el trabajo de Alonso y Massa en los preparativos para la carrera. También el resto, solo que algunos dedicaron los primeros minutos del día a vaciar el coche y ensayar para la pelea por la pole. “Da igual que seamos séptimos, segundos o novenos, cada escudería tiene su programa de trabajo y nosotros hemos cumplido el nuestro”, palabra de Fernando Alonso.
Lo de la lluvia no está en manos del español ni de ningún piloto. Hace un año, se entregaron aquí la mitad de los puntos porque un aguacero obligó a suspender la fiesta. “El horario es una cuestión comercial, nosotros corremos a la hora que nos manden”, asume el piloto asturiano.
Es una paradoja que sean el calor y el agua, elementos normalmente opuestos, los mayores enemigo este fin de semana. Contra la lluvia poco se puede hacer más que levantar el pie y rezar lo que se sepa para hacer pie en una piscina de asfalto. “Sólo me preocupa el calor. La temperatura de la pista, del motor, de los frenos… y la mía”, avisa el español de Ferrari. “Todo gira en torno a la temperatura y hemos hecho varias pruebas para tenerlo todo bajo control. En cuanto al rendimiento, no creo que en cuatro días haya cambiado tanto lo que pueda dar de sí el coche. Sabemos que no será fácil pero somos optimistas”.
Sigue viendo a los coches de Red Bull como los grandes rivales, a pesar de que hoy el motor Renault de Mark Webber reventó. Tienen los coches más rápidos, lo demostraron en las paradas de Bahrein y Malasia pero la fiabilidad no está con ellos. Vettel ya dejó escapar dos victorias cantadas por fallos mecánicos. “No debemos relajarnos porque no les pasará siempre”, advierte Alonso.
Los otros españoles del pelotón abrazan el optimismo para los dos días clave en Malasia. Fue curioso que De la Rosa y Alguersuari clavaran sus tiempos (1.36.325) para colocar el Sauber y el Toro Rosso decimotercero y decimocuarto. “El coche va mucho mejor que en Australia, dice el veterano, revestido además de una alta dosis de autoestima porque cada vez se encuentra más cómodo en la pista. El joven Jaime lleva semanas trabajando duro para aclimatarse al calor. “Soporto bien el calor”, dice, quizá más preocupado por su bautismo en la pista de Sepang. “La conocía del simulador pero no es lo mismo. La he encontrado difícil de aprender”, reconoció.
Ya por la tarde en Sepang se supo que la FIA ha retrasado hasta el Gran Premio de España la decisión de obligar a que los retrovisores se sitúen junto al habitáculo del piloto, y no en los pontones, demasiado lejos para la vista del piloto, pero útiles como elemento aerodinámico. Encendió la mecha de las quejas Michael Schumacher en Melbourne y hubo quien le secundó. No lo hizo Massa. “Yo bien, pero no me importa demasiado que manden cambiarlos”. La decisión le parece “extraña” a Fernando Alonso. “No tiene mucho sentido que lo hagan después de tres carreras pero no creo que afecte demasiado y estaremos listos para hacerlo sin problemas”, aseguró el asturiano.