Cambia el orden de los protagonistas pero no el color plateado de los Mercedes en la primera línea de la parrilla de salida. Nico Rosberg afrontará hoy desde la pole el GP de Bahrein mientras su compañero Lewis Hamilton ocupará la segunda plaza tras haber sido el más rápido en las clasificatorias de Australia y Malasia. Y Fernando Alonso muy retrasado: noveno, aunque puede encontrar consuelo en la décima plaza de Sebastian Vettel. Y gracias, pues ambos se ven beneficiados por la sanción de diez puestos impuesta en la anterior carrera al australiano Ricciardo, una vez más el único con su Red Bull capaz de acercarse a los cronos de los Mercedes.
La noche ya había caído en el circuito de Sahkir cuando los pilotos salían de los garajes para afrontar la tercera y definitiva tanda de clasificación. En ella ya no estaba el tetracampeón Sebastian Vettel, eliminado en la Q2 tras tener problemas en el cambio de su Red Bull, mientras Ferrari decidía jugársela a cara o cruz en el último minuto.
Antes de ese ataque final todos los pilotos salieron a dar una primera vuelta. Todos menos Raikkonen, siempre particular, que prefirió ahorrar fuerzas en el garaje. Alonso lo hizo con un juego ya usado anteriormente y reservando el extra que este año "regala" la FIA en la Q3 para el asalto definitivo. El asturiano marcó el peor tiempo en esa vuelta, pero había confianza en que mejorara con el juego nuevo y después de haber sido el más rápido tras los Mercedes en los ensayos del viernes.
Pero la noche ya había tomado Sahkir. La temperatura bajó un par de grados, la pista se puso resbaladiza y nadie logró mejorar en ese intento final sus tiempos anteriores. Alonso, además, se encontró en su vuelta lanzada por el Force India de "Checo" Pérez, que ya venía de abortar su intento. Raikkonen sí conseguía encaramarse a la sexta posición, quinta finalmente por la sanción de Ricciardo. El finlandés lograba así por vez primera superar esta temporada al asturiano, que caía al fondo de la tabla para formar junto a Vettel una quinta fila de lo más laureada: seis títulos mundiales les contemplan.
"Hemos tenido problemas con la potencia del motor. Toda la crono, cada vuelta que dábamos, iba un poco más despacio en las rectas", señalaba tras la sesión un Fernando Alonso que no oculta los problemas con los que se encontrará hoy: "Es lo que hay. Al menos saldremos por la parte limpia e intentaremos mejorar posiciones, pero tenemos por delante muchos coches que en estos momentos son más rápidos que nosotros. Lo único que tenemos seguro es que no va a ser un día fácil".
Será la de hoy para el ovetense otra jornada de supervivencia, de eso que se ha venido en denominar minimizar daños. Tendrá de nuevo que intentar recoger las migajas mientras por delante habrá que confiar en que las ansias de gloria de Rosberg y Hamilton nos ofrezcan pelea y emoción. Es la única que puede esperarse de momento esta temporada dado el dominio de los Mercedes, que convierten cada sesión de entrenamiento, cada clasificatoria y cada carrera en una insultante demostración de poderío. No compiten, arrasan.
Para completar el podio esta vez sólo aparecen en el horizonte Williams, Force India y McLaren, las tres escuderías que han logrado crecer gracias a los V6 germanos. Y mientras en Ferrari se sigue a la espera de soluciones, Vettel aprende a sufrir en el garaje de Red Bull.