Fernando Alonso cumple mañana 33 años. Probablemente si le hubieran dicho que pidiera un deseo hubiera elegido una victoria en Hungría para cerrar con buen sabor de boca una primera parte de la temporada poco dada a las fiestas en Ferrari. Ya había logrado el asturiano alcanzar el podio esta temporada en el GP de China, cuando fue tercero tras los Mercedes de Lewis Hamilton y NicoRosberg, pero ayer subía otro peldaño y aunque se quedó a tres vueltas de la victoria se llevó la enorme satisfacción de verse de nuevo luchando en cabeza...
Rozó la gloria el asturiano en Hungría, en un circuito en el que hace once años, en su primera campaña con Renult, lograba la primera de las 32 victorias que adornan su palmarés. Ayer “solo” puedo ser segundo, pero un segundo puesto con el F14T por detrás del Red Bull del australianoDaniel Ricciardo–dos victorias ya esta campaña– y por delante de los hasta ahora imparables Mercedes (nueve triunfos) tiene un sabor a auténtica victoria.
“Súper.Genial. Magnífico”, le cantaban por radio al ovetense desde el garaje de Ferrari al cruzar la línea de meta. Y es que esa segunda plaza, ese segundo podio del año, va mucho más de los 18 puntos, del afianzamiento de la cuarta plaza en la tabla de pilotos o de la recuperación de la tercera para Ferrari en la clasificación de constructores. Esa segunda plaza supone abrir una puerta a la esperanza, una recuperación de la ilusión en una temporada especialmente difícil para todos los que trabajan en Maranello.
Ferrari es cierto que está malherida, pero Ferrari recuperó ayer el gesto de gran “signora” que es de la F1.De ahí los aplausos de los mecánicos, sus caras de felicidad, sus abrazos al héroe cuando el ovetense se bajaba del monoplaza.La misma cara de felicidad que tenía Fernando Alonso al descorchar la botella de champán al lado de un Ricciardo que conseguía la graduación definitiva entre los grandes y de unHamilton de nuevo inmenso y que daba un sonoro puñetazo sobre la mesa de Mercedes reivindicando su condición de campeón. Lleva el británico dos carreras consecutivas terminando en el podio tras arrancar desde el pit lane. Ayer con el plus de finalizar por delante de un Rosberg al que achicaba su ventaja.
Segundo Alonso, además, tras una carrera tremendamente compleja, competida, en la que se vió perjudicado por el primer coche de seguridad tras el accidente de Ericsson pero, sobre todo, en la que mantuvo un pulso tremendo en las últimas vueltas con Ricciardo y los Mercedes. Cedió ante el primero por una simple cuestión de neumáticos, pero no dejó que las flechas de plata le robaran una plata bañada en oro y gloria.
El asturiano, único piloto en los puntos en todas las carreras
Un tremendo chaparrón previo a la carrera llenó de nervios la parrilla. A Alonso no le impresionó. Salió con el cuchillo entre los dientes desde su quinta plaza y en la misma recta daba cuenta de Ricciardo y en la tercera curva de Vettel, aunque no tardaba éste en recuperar la posición. Así, tras Rosberg,Bottas y Vettel, de puntillas sobre las curvas mojadas, esperando una lluvia que no apareció, rodaron hasta que el accidente de Ericsson (vuelta 8) provocaba un coche de seguridad que parecía arruinarles la carrera. Y es que los cuatro de cabeza necesitaban una vuelta extra para entrar a cambiar los neumáticos y se vieron superados por Ricciardo,Button,Massa y Magnussen.
En el pit lane había logrado Alonso adelantar a Bottas, pero su séptima plaza al reanudarse la carrera no invitaba precisamente al optimismo.Pero entonces se sacaba el ovetense de la chistera unas vueltas rápidas mágicas que le valían para ir dando cuenta de Vettel, Rosberg y los McLaren de Magnussen y Button. Ya era tercero tras Ricciardo Y Massa.
El guión vive otro sobresalto en el giro 23.º. Checo Pérez sufre un espectacular accidente en la mismísima línea de meta.Ricciardo y Massa aprovechan la segunda salida del coche de seguridad para cambiar neumáticos y Alonso se queda en cabeza...
Dieciseis vueltas más estiró el asturiano sus neumáticos; dieciseis vueltas liderando la carrera. Desde el GP de Italia del pasado año no conseguía encadenar media docena como líder. Pero ayer los accidentes, el enrevesado circuito húngaro, las zonas húmedas mezcladas con las curvas secas nivelaban la mecánica. Era una carrera de pilotos y Fernando Alonso disfrutaba en pista como hacía tiempo no podía.
En la vuelta 39 de las 70 a las que estaba programada la carrera realiza su último cambio de neumáticos. Quinto, como en la salida, y a jugársela con un juego de blandos que debe mantener con vida hasta el final. Pero los cuatro pilotos que tiene por delante también deben pasar por el garaje –Ricciardo, Massa, Raikkonen y Hamilton– y cuando lo hacen el asturiano recupera la cabeza.
Quince para el final, y en apenas un par de giros ya tiene a Hamilton y Ricciardo soplando sobre su cogote. Suben las pulsaciones; baja la diferencia, pero Alonso es un maestro tapando huecos, cerrando puertas.
Cuatro. Ricciardo exprime el DRS de su Red Bull y supera a Hamilton. Una después da cuenta de Alonso y se marcha sin obstáculos por su segunda victoria para confirmarse como el único piloto capaz de romper el monopolio de los Mercedes.
Tres. Aún le queda faena al ovetense, que se transforma en un muro infranqueable para Hamilton, pratagonista de otra remontadasublime. Pero los neumáticos del británico tampoco estan ya para mucho exceso y de repente se encuentra a su rebufo con Rosberg. Ya no puede fijar la mirada en el Ferrari que tiene delante sino que debe vigilar por el retrovisor el Mercedes de su compañero/enemigo.
Final. Ayudado por la batalla de las flechas de plata aguantó Alonso hasta la bandera.”Súper, súper”, le gritaba por la radio Andrea Stella, su ingeniero.
Segundo tras rozar la gloria. “Magic” Alonso ya es el único que ha puntuado en todas las carreras del año. Pero, aún más importante, ayer conseguía que Ferrari recuperara la sonrisa...