Cumple hoy Fernando Alonso (Oviedo, 1981) 30 años y también treinta carreras con Ferrari. Abre la caja de sus sentimientos cuando habla de la familia, de su abuela ya fallecida y de la caja de bombones que ella le entregó sólo unos días antes de dejarles. Recibe a LA NUEVA ESPAÑA con motivo de su cumpleaños en Hungaroring. La treintena es un punto de inflexión, un momento que aprovecha para echar un vistazo atrás, asombrarse de todo lo que ha conseguido y tomar impulso para seguir adelante. Lleva Alonso toda la vida en un circuito, pero asegura que la cuarentena ya no le pillará saltando de un avión a otro para subirse a coches que van a trescientos por hora.
–Ya tiene usted 30 años, ¿con la edad cambia la vida?
–Significa tener otro punto de vista. Me siento un poco más maduro, más responsable. Ya no tengo la locura de los 20.
–Puede ser un buen momento para mirar hacia atrás.
–Con 30 años ya tienes un bagaje. A veces me paro a pensar e intento ver lo positivo de las oportunidades que he tenido, el karting, las fórmulas de promoción, la Fórmula 1, mis dos títulos mundiales... También miro al futuro, proyectos como el circuito de karting en La Morgal (Llanera) y la escuela de pilotos que puedo montar allí. Y ahora, la experiencia de estar con Ferrari.
–¿De verdad cree que es más importante pilotar para Ferrari que ser campeón del mundo, como ha dicho hace poco?
–A ver. Yo quiero ganar muchos títulos para este equipo. Pero a mí me paran por la calle en Japón, Australia, Canadá... y nadie dice, «hey, vamos a hacernos una foto con Alonso, que ganó el otro día en Silverstone». No. Dicen que soy el piloto de Ferrari. Cuando tenga 50 años si me recuerdan será por haber estado con ellos.
–¿Qué regalo le gustaría recibir?
–Ninguno en especial.
–¿Nada para su coche?
–Eso no puede ser un regalo. Tiene que venir del trabajo. Me vale con que la familia esté bien, que yo esté bien, que todo siga por el buen camino. Y profesionalmente, lo que venga será por méritos _propios.
–¿Guarda un recuerdo especial de algún regalo de cumpleaños?
–Todos los de mi familia, pero hay uno que no olvidaré jamás. El último regalo de mi abuela. La perdimos un mes de agosto. Estaba ya muy malita, en la cama, y me dio una caja de bombones. Me hizo mucha ilusión.
–¿Un piloto de Fórmula 1 tiene miedo a algo?
–Todos tenemos miedos, lo demuestres o no. Temo a la muerte, a los problemas de salud, a volar cuando hace mal tiempo, a muchas cosas.
–Usted es rico, famoso, conduce los mejores coches, ¿tiene algo de malo su trabajo?
–Con todo eso se pierde la privacidad. Tienes cochazos, te pagan bien y tu vida es ir a tope por un circuito, lo que siempre te ha gustado. Pero hay cosas que hace la gente y yo no puedo. Ir de vacaciones a ciertos sitios, a los restaurantes. Y otras son incompatibles con la vida de un deportista.