El alemán Nico Rosberg (MercedesMercedesMercedes) logró en Silverstone la segunda victoria de la temporada, y tercera de su palmarés, al imponerse en un GP loco y desquiciante como pocos en el que terminaría acompañado en el podio por el australianoMark Webber (Red Bull) y por un Fernando Alonso (Ferrari) que no sólo encontraba un fabuloso botín de 15 puntos en la carrera cuando nadie podía pensar en ello, sino que recupera de paso el ánimo de cara a una temporada que bien parecía perdida.
Y es que el contador señalaba que restaban sólo diez vueltas para finalizar cuando el asturiano rodaba quinto tras Vettel, Rosberg, Raikkonen y Webber y su F138 ya no tenía fuerzas para presentar más batalla.Pero de repente la suerte cambió de bando. La fortuna que había acompañado sin descanso las últimas campañas alRed Bull de Sebastian Vettel se volvió caprichosa y le bloqueaba la caja de cambios en plena recta de meta cuando marchaba cómodamente en busca de una nueva victoria y de dejar a Alonso a más de cincuenta puntos de distancia. Y al río revuelto que se organizó de seguido, con la entrada del coche de seguridad en pista, ganancia para el más listo. Para el más valiente. Al asturiano le dio tiempo a cambiar neumáticos, situarse octavo al relanzarse la carrera y protagonizar cinco adelantamientos sublimes en las últimas vueltas para subir al podio y recuperar el ánimo: el liderato queda a 21 puntos.
La carrera, queda dicho, fue loca y desquiciante; envuelta en un festival de reventones de neumáticos –Pirelli echó la culpa al empedrado, es decir, a los «pianos» de la pista– que invitaban a la tragedia. Esta vez Alonso no logró mejorar posiciones en la salida, pero sí un espectacular Massa que encontró un carril libre por el que llegaba desde la undécima a la sexta plaza, mientras Webber, cuarto en la parrilla, caía hasta la decimocuarta posición, mientras Hamilton, Vettel y Rosberg se escapaban con autoridad.
Los primeros reventones de Hamilton y Massa sirven al ovetense para dar también los primeros pasos hacia la cabeza. En el decimotercer giro, tras el inicial cambio de neumáticos, se sitúa cuarto después de superar en la misma vuelta a los Lotus de Raikkonen y Grosjean, y al Toro Rosso de Vergne, que poco después también revienta su rueda trasera izquierda y hace temer un final adelantado de carrera.