Esta película ya la habíamos visto. El Circo hace tiempo que no cambia de guión ni de protagonista. Sí lo hacen los exteriores y los secundarios, pero apenas dada la salida uno ya sabe que Sebastian Vettel marcará un par de vueltas rápidas consecutivas, pondrá unos segundos de colchón entre su Red Bull y el resto, liderará la carrera de principio a fin y terminará levantando el puño para celebrar la victoria. Ayer, en el circuito surcoreano de Yeongam, sumó su octava victoria de la temporada, la cuarta consecutiva, y aumentaba a 77 puntos su renta sobre Fernando Alonso (Ferrari), sexto, muy lejos en esta ocasión de la lucha por el podio.
La historia nos dice que nadie ha dejado de ganar el Campeonato tras ganar ocho carreras en un año.Tal es la ventaja de Vettel que el próximo domingo en Japón, cuando aún quedarían otros cuatro grandes premios por disputar, ya podría conquistar su cuarta corona consecutiva. Necesitará para ello ganar y que Alonso sume como máximo dos puntos (un octavo puesto).Pero tampoco tiene prisa. Si no es el día 13 en Japón, será el 27 en la India...
A Alonso en esta ocasión no le funcionaron ni la salida ni la estrategia, con las que en las tres carreras anteriores había conseguido asomarse hasta la segunda plaza del podio. Ni le ayudó la lluvia. Y es que no cayó una sola gota, cuando hace sólo unos días se hablaba de un tifón pasando exactamente por encima del circuito surcoreano.
Las opciones del asturiano se enterraron allí donde él confiaba en revalorizarlas: la tercera curva. La recta de meta era demasiado corta, poco más de 200 metros, como para intentar adelantar en ella, pero había que coger bien la posición para, tras la primera doble curva de izquierdas, buscar el interior en la tercera de derechas. Pero allí, en el punto clave, apareció el incontrolable Massa, que ya anunció tras conocer que no seguiría en Ferrari que no iba a ayudar en nada al asturiano. Ayer llevó su palabra al límite. Forzó Felipinho tanto la frenada que terminó haciendo un trompo que llevaba a Alonso por fuera de la pista, lo que le hizo perder la quinta plaza, en beneficio de Nico Hulkenberg. Y tras el alemán se pasó el ovetense la jornada, incapaz de superar a un SauberSauberSauber motorizado también por Ferrari.
Los dos coches de seguridad casi consecutivos que reagruparon los monoplazas, en las vueltas 32.ª y 38.ª, tampoco sirvieron para agitar la carrera. Vettel solucionó ambos contratiempos como marca el guión: con una primera vuelta estratosférica que le sirve para despegarse del resto del grupo, y Alonso comprobó que su Ferrari no está en un circuito de rectas cortas como el de Yeongam en condiciones de adelantar.Mantuvo primero una bonita pugna con Hulkenberg y luego otra con Hamilton, pero en ambas acabó cediendo ante las debilidades aerodinámicas de un F138 que, sin embargo, se evidenciaba como el más rápido en velocidad punta.
Tampoco, pese a los coches de seguridad, tuvo oportunidad Ferrari de modificar sobre la marcha la estrategia, como hizo en Singapur, para ganar posiciones. EnYeongam el único que acertó fue el finlandés Raikkonen, que acabó segundo en el podio saliendo desde la novena plaza en la parrilla, lo que le vale para superar a Hamilton en la general y situarse tercero, amenazando el subcampeonato de Alonso, como MercedesMercedesMercedes amenaza la segunda plaza de Ferrari en la tabla de constructores, tras un Red Bull al que sólo el infortunio de Webber, que ayer acabó con el coche en llamas, impide ser ya campeón.