Vettel, Vettel, Vettel... y Vettel. El Circo de la Fórmula 1 ya tiene nuevo tetracampeón. El más joven, a sus 26 años, de la historia. Igualado ya a títulos con el francés AlainProst y sólo por detrás de dos monstruos sagrados como el pentacampeón argentino Juan Manuel Fangio y el heptacampeón alemán Michael Schumacher.
Cuatro títulos consecutivos, igualando la racha de Fangio entre 1954 y 1957 y la de Schumacher entre 2000 y 2004. Y el último de ellos, el consumado ayer a lo grande, logrando en el circuito indio de Buddh su décima victoria del año y la sexta consecutiva, todas las disputadas tras el parón de agosto. Y eso que en esta ocasión había cierta duda sobre la conveniencia o no de iniciar la carrera con los neumáticos blandos, dado el temor a que duraran pocas vueltas.Duraron las suyas, no pocas, sino menos; pero la superioridad del binomio Red Bull-Sebastian Vettel es tan grande hoy en día que en el fondo da igual la táctica a seguir.
Vettel salió, cómo no, desde la pole, y sólo había completado dos vueltas cuando le reclamaron desde el garaje para desprenderse de los neumáticos blandos.Se reincorporó a la pista en el puesto 17.º, pero a sabiendas de que su único rival era él mismo.
Para entonces la carrera de Fernando Alonso ya estaba condenada. El asturiano, octavo en la parrilla, pagó el alto precio de verse en medio del pelotón en la primera curva. A la salida de la misma, el Lotus del finlandés Raikkonen tocaba ligeramente el Red Bull del australiano Mark Webber y el «latigazo» de éste impactaba sobre el alerón delantero del Ferrari. Un paso extra por boxes echaba por tierra toda la estrategia del ovetense, que había optado por iniciar la carrera con duros y que de golpe y porrazo se veía en el fondo del pozo, condenado a ir adelantando rivales hasta quedarse a las puertas de los puntos.Undécimo. Por vez primera fuera de los puntos en una carrera que lograba terminar desde hacía más de tres años (GP de Inglaterra de 2010).
Por delante, el brasileño Felipe Massa, en su mejor carrera del año y tras una sensacional salida, aprovechó el cambio inicial de neumáticos de Vettel para ocupar al menos por unas vueltas la cabeza de la prueba. Hasta que llegó su turno de pasar por el garaje y Webber le tomó el relevo;pero recién superado el ecuador de la prueba, en el giro 33.º, Vettel ya estaba al frente. Y en esta ocasión lo hacía para quedarse hasta el banderazo final. De la pole al infinito, como de costumbre.EnBuddh se han disputado tres carreras y sólo han conocido a un piloto en la pole y en lo más alto del cajón: Sebastian Vettel.
Ya instalado en la cabeza y con Alonso condenado a luchar sin frutos, la emoción de la carrera se centró en ver quiénes podían estar en el podio. La plaza de Webber como segundo parecía segura hasta que la habitual maldición que persigue al australiano le obligó a aparcar su monoplaza en la hierba tras un problema en el alternador. Otro alemán, Nico Rosberg (MercedesMercedesMercedes), aprovechó el regalo para hacerse con la plata, en tanto el francés Romain Grosjean se hacía con la tercera plaza, no sin antes tener sus más y sus menos con su todavía compañero en Lotus, KimiRaikkonen, incapaz finalmente de alargar más la vida de los Pirelli y que cayó hasta la séptima plaza.
Fernando Alonso, mientras tanto, remontaba posiciones con cuentagotas hasta quedar a las puertas de los puntos, viendo desde lejos cómo Vettel se llevaba su cuarta corona y cómo Raikkonen y Hamilton amenazan su subcampeonato.