El gesto tuvo mucho de teatral porque aprovechó las cámaras para darle publicidad. Se quejaba Michael Schumacher en Australia de que Fernando Alonso le había obstaculizado cuando rodaba en su vuelta rápida de la Q3 del sábado. «Dice que el equipo no le aviso de que yo llegaba pero en la reunión de pilotos hablamos de estar atentos a los retrovisores», insistió el alemán ante todo el que quiso escucharle. Alonso no entró al trapo pero el debate estaba abierto. Un par de incidentes con De la Rosa de por medio y las opiniones de Barrichello y Vettel hicieron el resto. La FIA decidió que desde la próxima carrera, en China, los retrovisores deberían regresar junto al piloto y dejar su situación en los pontones, donde cumplen una labor más de aerodinámica que de seguridad. Los equipos pidieron prórroga para hacer las modificaciones con los coches en casa y finalmente el cambio tendrá que ser efectivo a partir del Gran Premio de España.
A Fernando Alonso le produce indiferencia el cambio. «No creo que vaya a afectarnos demasiado, pero no tiene mucho sentido hacer esto después de tres carreras».
Jenson Button fue uno de los afectados por los problemas de los espejos, cuando estuvo a punto de estamparse contra Pedro de la Rosa. «Sauber tendría que echar un vistazo a sus espejos y cambiarlos», dijo antes de la decisión de la FIA. El español se disculpó y señaló al problema. «Tenemos una visión muy pequeña y vibran demasiado, así que al final no se ve nada». En los últimos tiempos, los retrovisores han acabado por convertirse en elementos aerodinámicos del coche. Y por ahí sí que se mostraba algo preocupado Vettel: «Para Malasia no tendremos problemas, pero cuando estén junto al habitáculo perderemos algo de rendimiento».