El inglés Lewis Hamilton (Mercedes), líder del Mundial de Fórmula Uno, y su compañero y principal rival, el alemán Nico Rosberg, afrontan este fin de semana, en el circuito de Interlagos de Sao Paulo, el Gran Premio de Brasil, último asalto previo al cierre de Abu Dabi, donde se decidirá el título.
Hamilton viene de lograr, el pasado domingo, su décimo triunfo del año, en el Circuito de las Américas de Austin (Estados Unidos), donde firmó junto a Rosberg el décimo 'doblete' del curso, en una carrera tras la cual el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), tercero, quedó matemáticamente descartado de la lucha por el título.
El inglés, que en Texas igualó las 32 victorias del español Fernando Alonso -la quinta mejor marca de todos los tiempos- y se convirtió en el británico con más triunfos en F1, lidera el Mundial con 316 puntos, 24 más que Rosberg, junto al que arrancó -por décima vez, también, en lo que va de año- desde primera fila, en una nueva demostración del gran dominio de Mercedes, escudería que hace un mes celebró, en el debut de Sochi (Rusia), el título de constructores.
Pero, a pesar de que Nico ha ganado cuatro veces y Lewis diez, el alemán está aún en plena disposición de ganar el título, porque la última carrera, en Abu Dabi, puntuará doble.
Incluso podría darse la paradoja de que si Hamilton logra su primer triunfo en Interlagos -donde festejó título en 2008, con McLaren- y Rosberg no puntúa en Brasil, este último sería campeón del mundo si sucede justo lo contrario en el circuito de Yas Marina el próximo 23 de noviembre. Adonde, en ese hipotético caso, Lewis habría llegado con ventaja de 49 puntos.
Así que, sin duda, el Mundial se resolverá de forma emocionante, aunque alguno también pensará que de forma injusta, si finalmente es el hijo del mítico Keke Rosberg -que ganó para Finlandia el título de 1982- quien aprovecha a su favor una nueva regla, conocida, no obstante, desde el arranque del campeonato.
Pero antes del desenlace en Emiratos Árabes Unidos, el Mundial hará su penúltima parada, en Brasil. Por cuadragésima segunda vez alberga un Gran Premio que, salvo las diez veces de Jacarepagua (Río de Janeiro), siempre se corrió en el autódromo del distrito paulista de Interlagos que lleva el nombre de Jose Carlos Pace, piloto local fallecido en accidente de avioneta en 1977. Dos años antes había logrado ante su afición su única victoria en Fórmula Uno.
Es un circuito bacheado de 4.309 metros, al que el domingo está previsto que se den 71 vueltas, en sentido inverso al movimiento del reloj, para completar 305,9 kilómetros. Con quince curvas -diez a izquierda y cinco a la derecha-, cambios de elevación y dos zonas de DRS, que se activan después del tercer y del decimoquinto giro.
A partir de este viernes comenzarán a rodar, de nuevo solo 18 coches -por la ausencia, derivada de problemas financieros, de Caterham y Marussia-, en los entrenamientos libres, en los que, si no llueve, se probarán neumáticos de compuestos blando (reconocibles por la raya amarilla) y medio (línea blanca).
Los ensayos se completarán el sábado, antes de la calificación que ordenará la parrilla de salida de la carrera dominical.
En el primero de los entrenamientos se subirá de nuevo al Force India el barcelonés Daniel Juncadella.
Alonso regresa al circuito en el que en 2005 y 2006 festejó -con Renault- sus dos títulos mundiales, después de haber visitado el que el año próximo albergará el Gran Premio de México, en el DF.
Del español se esperan noticias que, en primer lugar, confirmen su salida de Ferrari -donde presumiblemente le sustituirá el alemán Sebastian Vettel, que tras ganar los últimos cuatro títulos y ser superado este año por Ricciardo, dejará Red Bull a final de año- y, después, indiquen cuál será su nuevo equipo.
Mientras, en una de las más nefastas campañas de la brillante historia de Ferrari, el doble campeón mundial asturiano podrá entretenerse ampliando la monumental paliza (14-3 en carrera y 15-2 en calificación) que le está infligiendo a su compañero finlandés Kimi Raikkonen, último campeón mundial de la 'Scuderia', en 2007.
Kimi, a tono con los responsables del equipo carmesí, suma menos de la tercera parte de los 149 puntos con los que Alonso comparte la quinta plaza con Vettel. El finés es duodécimo, con 47 unidades.
Las mismas que suma el mexicano Sergio Pérez (Force India), que perderá siete puestos en parrilla, tras haberle sancionado la FIA (Federación Internacional del Automóvil) por provocar el accidente en la primera vuelta de Austin con el alemán Adrian Sutil (Sauber).