Ensayo general en Montmeló, el circuito que más conocen los equipos, el mejor banco de pruebas para las carreras. Tiempo para los últimos retoques, para simular el recorrido de un Gran Premio y su sesión clasificatoria y llevarse a la fábrica los datos definitivos antes de la prueba de Bahrein, en pleno desierto. Fernando Alonso abre el turno para Ferrari con un F10 que llevará un nuevo paquete aerodinámico. Apenas quedan cartas que esconder, porque cuando todo esto termine el domingo en Barcelona ya no habrá más kilómetros hasta la hora de la verdad. Todo un «Gran Premio Cero» en el circuito catalán.
Ya no queda margen para el disimulo, así que hoy se empezarán a ver coches diferentes a los de las últimas dos semanas en Jerez, monoplazas con piezas recién salidas del horno, listas para el chequeo en la pista. Será difícil, no obstante, interpretar los tiempos. Como siempre en pretemporada, más ahora con esos enormes depósito de gasolina que pueden dar lugar a cargas muy distintas y a tiempos absolutamente descompensados.
Pero estos días no quedará más remedio que ensayar la sesión de clasificación de los sábados, así que se podrá comprobar qué tal andan los coches en vacío, sin peso. Aún no se ha visto al coche rojo en esa tesitura y se le espera con ansia, después del buen sabor de boca que dejó en Jerez y sobre todo, en la primera tanda en Valencia. Estará hoy Fernando Alonso a los mandos, igual que los otros dos pilotos españoles, Jaime Alguersuari con el Toro Rosso y Pedro de la Rosa al volante del Sauber.
El plato fuerte queda para mañana. Además de los tres españoles, aparecen en escena Lewis Hamilton, Sebastian Vettel y Michael Schu_macher. Los primeros espadas de McLaren, Red Bull y Mercedes, junto al F10 de Ferrari, las escuderías que atraen los focos y llevan el cartel de favoritos desde que comenzó el trabajo invernal. En la casa italiana, el sábado y el domingo serán para Felipe Massa. Alonso podrá retirarse a la espera de iniciar el desplazamiento a Bahrein, previsto para cinco o seis días antes de la carrera.
La lista de participantes en estos entrenamientos pone en la pista a las once escuderías que estuvieron la semana pasada en Jerez. Son todas las del campeonato salvo Campos Meta y USF1, metidas hasta las trancas en un jaleo considerable, con el único objetivo de poner dos coches en la primera carrera.
Ninguna de las dos tiene un futuro esperanzador, pero en peor situación están los americanos, con fuertes críticas desde dentro del equipo y bajo el anonimato contra uno de los responsables, Ken Anderson, y acusaciones de pasividad al otro, Peter Windsor. Llevan varios días sondeando la opción de incorporarse al Mundial en Europa, cuando ya se lleven cuatro fechas disputadas. Hasta se habla de una posible fusión con Campos, después de que ayer mismo perdiesen a uno de sus patrocinadores, le empresa de servicios financieros Locstein y que recientemente hasta diez miembros del equipo técnico hayan abandonado el proyecto.
En el equipo español ya no está Adrián Campos, pero se espera que den señales de vida ahora de la mano del empresario murciano José Ramón Carabante, con la sombra del apoyo de Bernie Ecclestone para salir adelante y la más que presumible presencia en segundo plano de un grupo inversor alemán, a la espera de que pase la tormenta. Sus coches están en la fábrica italiana Dallara y es en estas fechas cuando se espera que puedan incorporarles el motor Cosworth. Con problemas y muy justos de tiempo, pero podrían estar en Bahrein, algo que parece imposible en el caso americano.
Desde Ferrari ya ha habido un toque de atención a las circunstancias que rodean a los nuevos equipos, nacidos al calor de la guerra del año pasado entre el que era presidente de la FIA, Max Mosley, y las escuderías. En una columna de opinión publicada en el sitio de internet de la casa del Cavallino, se criticaba que hayan tenido luz verde dos proyectos tan en el aire como los de Campos y USF1, e incluso ponían en duda la competitividad de Virgin y Lotus, que rodaron la semana pasada en Jerez, pero con tiempos muy alejados del pelotón principal. Por el contrario, afeaban la actitud de la FIA ante constructores como Toyota y BMW, que decidieron dejar la competición o Renault, que continúa con un proyecto menguado y poco competitivo. Para ellos no hubo apoyo, dentro del contexto de eterna lucha de la Federación contra el poderío de las marcas.
Por cierto que a Virgin GP se acaba de incorporar el español Andy Soucek como piloto reserva. La escudería no confirmó quiénes llevarán los coches durante los últimos entrenamientos en Montmeló, aunque al madrileño, al menos, se le podrá ver en el paddock.