El mito de la puntualidad británica se derrumba con Lewis Hamilton. Silvia, su jefa de prensa, se desespera. Lleva media hora de retraso cuando aparece. Sonrisa de oreja a oreja y una disculpa. Toma de la mesa una galleta, bromea y se sienta para atender a LA NUEVA ESPAÑA.
-Empezaron con un coche algo flojo, pero ahora son líderes, ¿es el plan de McLaren ir de menos a más?
-No, el reto de cada año es tener el mejor coche en la primera carrera, pero los demás también trabajan, corren riesgos en algunas parcelas y van más al límite. Nosotros llevamos las cosas a rajatabla, sobre todo, en cuanto a seguridad, y por eso vamos un poco más despacio.
-... Pero luego ya no paran, y parece que va lanzado a por el Mundial, ¿cómo llega a Valencia?
-Siempre estoy preparado para ganar, y en el equipo hacemos las cosas lo mejor que podemos. Si empiezas mucho mejor que los demás corres el peligro de relajarte, por eso siempre digo que hay que luchar al cien por ciento todo el año si quieres ganar el Campeonato.
-Y lleva dos triunfos seguidos…
-En las primeras carreras fuimos algo irregulares, pero las cosas van ahora mucho mejor.
-Tiene a su compañero Button a tres puntos, y en Red Bull han saltado chispas entre Webber y Vettel, ¿qué le parece lo que pasó en Turquía?
-Algunos pilotos trabajan en equipo mejor que otros, nosotros lo hacemos bien, estamos cómodos.
-Pues será ahora, porque con Alonso se las tuvo tiesas en 2007.
-Al menos nunca chocamos entre nosotros [como les pasó a los dos Red Bull en Turquía].
-¿Han ido demasiado lejos los pilotos de Red Bull?
-Mire, yo tuve grandes batallas con Alonso, pero entre compañeros debe haber un límite. No nos poníamos las cosas fáciles, y podía no gustarnos lo que hacía el otro, pero no hacíamos nada sucio en la pista.
-¿Sabe que todos esos enfrentamiento no le hicieron muy querido en España?
-Pues a mí me gusta España cada vez más. Y puede que haya gente a la que no le caigo bien, pero también tengo muchos seguidores.
-¿Nota cómo aumenta la presión según avanza el Mundial?
-Claro, cómo no lo voy a notar. En la primera carrera todo es tranquilo, el equipo está bien, hay buenas palabras, pero luego la presión sube. Si tu compañero te gana es difícil de llevar. Luego está la gente, la prensa, tu propia escudería, y a veces reaccionas mal, dices cosas que no debes o haces tonterías, ¿sabe a qué me refiero?
-¿A lo que hizo en Australia cuando la Policía le pilló haciendo trompos en la calle?
-Pues a cosas como ésa.
-¿Les ayudará en la pelea por el Mundial la experiencia de que tanto Button como usted ya han sido campeones?
-No será fácil, pero siempre ayuda saber lo que es ganar. Button maneja bien la presión y yo también. ¿Sabe qué es manejar la presión? Pues lo que hizo Alonso cuando ganó su segundo Mundial y todos querían ganarle.
-¿Y eso de la presión cómo lo lleva usted?
-Llevo corriendo desde los ocho años, y con diez ya era campeón de Inglaterra de karting. Tuve la suerte de que Ron Dennis me llamase y no tuve problemas para encontrar el dinero de las carreras. Mi única presión era tener buenos resultados en el colegio.
-¿Fueron años duros?
-Haces cosas diferentes, faltas a la escuela y te pierdes las fiestas con tus amigos, pero todo necesita su equilibrio. Yo iba con mi padre a las carreras y me lo pasaba fenomenal.
-Su padre, por cierto, ya no lo representa.
-Ahora tenemos una relación de padre a hijo, sin vínculo profesional. No necesito agente. Espero seguir en McLaren unos cuantos años más, y no me hace falta un manager al uso.
-¿Le pidieron opinión en McLaren para fichar a Button?
-Ron Dennis y Martin Whitmarsh me decían detrás de qué pilotos andaban, con sus pros y sus contras. Yo me limité a escuchar. No quiero ser yo quien escoja a mis compañeros.
-Algo les diría…
-Que Button es un buen piloto, sólido y fuerte, trabajador.
-¿Qué tal se llevan fuera de la pista?, ¿tienen aficiones en común?
-Bueno, a los dos nos gustan las mujeres (carcajada). Nos gusta la misma música. Está bien, porque nuestras habitaciones son contiguas. ¡Con Kovalainen era horrible! Le daba unos golpes tremendos en la pared. Le gusta el rock duro a todo volumen. Un sufrimiento.
En la imagen Lewis Hamilton. valdrin xhemaj / efe