La arenosa pista de Sakhir mutó ayer en una sala de póquer en la que ningún jugador quiso levantar sus cartas antes de tiempo. Ofrecer demasiada información es dar pistas a los rivales, muchos esta temporada, para los que quieren subirse a los altares del podio y también un importante pelotón para aquellos que se moverán en la zona pantanosa de la parrilla. Los primeros entrenamientos libres del año se convirtieron en una prolongación de los ensayos de pretemporada, ahora ya con el asfalto caliente, 43 grados en algunos momentos del día, y en condiciones muy similares a las que habrá mañana a la hora de la carrera. De las tres horas de rodar por la pista queda el poso del dominio de los motores Mercedes, que colocaron cuatro coches (Rosberg, Hamilton, Schumacher y Button) en la cabeza de la competición virtual que son los ensayos libres. Ferrari sólo se destapó algo por la mañana, cuando Fernando Alonso y Felipe Massa domaron el cronómetro, pero por la tarde se refugiaron en pruebas de neumáticos y cargas de combustible que les mandaron lejos de los más rápidos: noveno el asturiano y séptimo el brasileño.
Fue Massa uno de los muchos que echaron balones fuera a la hora de lanzar una predicción para la sesión clasificatoria de hoy (12 horas). «Me he encontrado muy cómodo y creo que puedo ser competitivo, pero es imposible saber si llegaré a la "pole" porque hemos visto coches muy rápidos», comentó. El brasileño está de vuelta después del accidente que le sacó del último campeonato y, aunque dice que se encuentra «a tope para la carrera», tiene que superar las décimas de fiebre que le acompañaron ayer durante todo el día.
De momento, en Bahrein asustan los coches con propulsor Mercedes, que pueden aprovechar su alta velocidad en las largas rectas de la pista. Ahí destaca el Force India, que ya el año pasado conseguía casi siempre las puntas más elevadas y al que Massa, Alonso y también Pedro de la Rosa han señalado como uno de los coches que pueden dar la sorpresa. Sutil lo confirmó con el mejor tiempo de la mañana, aunque tanto el alemán como su compañero Liuzzi se fueron a la zona media en la sesión vespertina.
La eliminación de los repostajes y el enorme depósito que tienen ahora los monoplazas convierten la lista de tiempos de los viernes en un galimatías difícil de descifrar. Entre el más rápido, Rosberg, y el más lento, Bruno Senna, con el Hispania, hay nada menos que ¡once segundos! de diferencia, tiempos de etapa prólogo del Tour más que de la hipertecnológica Fórmula 1. Pero es que desde el Mercedes de Rosberg hasta el décimo coche, el Sauber de Pedro de la Rosa, hay nada menos que dos segundos de distancia, una lejanía eterna para la sesión libre, cuando otros años ni siquiera había tanto hueco entre el primero y el último.
El propio De la Rosa bajó por la tarde tres segundos su registro de la mañana. «No es el circuito que mejor nos va, pero estamos contentos. Entrar en la Q3 será muy difícil porque hay ocho plazas adjudicadas y somos muchos para pelear por las otras dos», comentó el piloto tras la doble sesión de ayer.
Tan cara se ha puesto la pelea que hasta Jaime Alguersuari rebaja sus expectativas. Convencido durante la pretemporada de que podría entrar en los puntos, que este año se reparten entre diez coches, ayer señaló como un buen resultado colocar su Toro Rosso entre los quince primeros de la parrilla de veinticuatro. «Estábamos mejor en Jerez, porque ahora casi todos tienen evoluciones y nosotros no», asumió el barcelonés algo resignado.
Entre las dudas de muchos queda para la historia de la Fórmula 1 el debut de la primera escudería española, Hispania Racing Team, que consiguió encadenar diecisiete vueltas con el monoplaza de Bruno Senna, mientras en el garaje se afanaban con los últimos retoques del coche del indio Karim Chandhock, que esperaba estar listo para estrenarse hoy en la sesión libre de por la mañana, antes de la clasificatoria.