El cielo viraba a gris en Suzuka después de otro viernes de entrenamientos, la señal de que el sol terminaba su trabajo. Dicen los radares de los equipos que toca lidiar ahora con el agua para seguir aclarando el futuro del campeonato. A última hora del día, cuando el trabajo en los garajes ya es a contrarreloj, la lluvia saludó por primera vez desde que la tropa de la Fórmula 1 plantó la tienda a la orilla del mar de Filipinas. Con la pista mojada o con ella seca, el escenario que se dibuja no cambia demasiado. Los coches de Red Bull siguen llevando el cartel de favoritos. Fernando Alonso anda al acecho con el Ferrari, y como Mark Webber es el primero en la lista de puntuación, a él le corresponde sentirse señalado como el hombre a batir.
La competencia es feroz en el equipo de la bebida energética. Al término del trabajo libre (otra vez descarado dominio de la pareja germano-australiana), Sebastian Vettel paró el coche en plena recta y lo encasilló en el hueco de la pole. Desde allí ensayó el movimiento de salida, confianza en su coche y una señal para el equipo. Se quiere ver allí mañana, a la hora de empezar la carrera (8 horas en España, las 15 hora local), porque lleva tres carreras que no encabeza el pelotón.
Es cierto que la polémica entre Webber y Vettel ha aflojado en público. Ya no hay declaraciones ni gestos feos, como cuando el alemán usó la mímica para llamar loco a su compañero tras estrellarse en Hungría. Pero su gélido saludo cuando compartieron el podio en Singapur, sin ni siquiera dirigirse una mirada, desveló todo lo que de verdad se cuece en el equipo de las fiestas y el buen rollo.
¿Una ventaja para Alonso? Más que los líos internos el asturiano se fija en el poderío de los coches. Parecieron imparables el viernes, en un adelanto de un posible sábado dominador. «Ya fueron más rápidos en Singapur y después yo tuve la pole. Y en Hungría, tenían un segundo por vuelta más que el resto y no hicieron doblete».
Y luego está la pugna dentro del equipo y una situación como la de Budapest, cuando los dos Red Bull pelearon por la primera posición, impactaron y Vettel se quedó fuera. «Si se tienen incidentes podremos sacar beneficio, pero es una cuenta que no podremos echar hasta el final de la temporada», advierte.
En la imagen Fernando Alonso pasa con su Ferrari por delante de la gigantesca noria del circuito de Suzuka. kim hoon / reuters