En Bahrein, el ejército rebaja la presión sobre los manifestantes que reclaman una verdadera democracia y no la imperfecta que tienen ahora, de la mano de la familia real. El conflicto impacta de lleno en la Fórmula 1, con fechas para entrenamientos allí desde el jueves próximo y el primer Gran Premio de la temporada para el día 13. La situación política aconseja cancelar la carrera y se espera para esta semana una decisión. Nadie se moja entre los que llevan el mando y Bernie Ecclestone, el gobernador de la Fórmula 1, entrega la responsabilidad a la familia real bahreiní. Traslada la presión al príncipe Salman Hamad Isa Al Khalifa, hijo del rey Hamad y comandante en jefe del Ejército. «Él sabrá si es seguro para nosotros estar allí. Es la persona ideal para decidirlo. Yo no tengo ni idea».
De una u otra forma y según los cálculos de Ecclestone, la decisión definitiva se tomará mañana. Se abren una serie de alternativas en caso de cancelación. En ningún caso se improvisará la apertura de la temporada en otro lugar. El estreno quedaría para Australia (27 de marzo) y a lo que se podría acoger la prueba de Bahrein es a un aplazamiento, para lo que se le buscaría hueco en el calendario más largo de la historia, con veinte carreras previstas.
Entre los manifestantes, acampados por miles en la plaza de la Perla, considerarían una afrenta al pueblo que los planes de la Fórmula 1 continuasen adelante. «Su preciada carrera es más importante que la sangre derramada de su pueblo», dijo ayer Mohamed Nimah, uno de los rebeldes, a «Associated Press», en referencia al príncipe Hamad Al Khalifa, pues es la familia real la que ha firmado el contrato con Ecclestone para un Gran Premio que viene celebrándose ininterrumpidamente desde 2004.
Mientras se resuelve el asunto, las escuderías solicitan otra tanda de pruebas en caso de que se retrase el inicio del campeonato. Este fin de semana ha habido entrenamientos en Barcelona y también los equipos han pedido trasladar los test para esta semana en Bahrein por otro escenario.
Pero nadie habla en público, salvo Mark Webber, uno de los que más claro habla en el paddock y el único piloto que se ha manifestado apelando a motivos humanitarios. «Cuando leemos que hay personas que han perdido la vida, significa que ha sucedido una tragedia y que ahora no es el mejor momento para ir con un evento deportivo. La gente de Bahrein tiene cosas más prioritarias en las que pensar que una carrera», dijo. El conflicto se ha cobrado hasta ahora siete muertos y cientos de heridos.