La noticia se la dieron a Bernie Ecclestone por teléfono. Hábil, el jefe de la Fórmula 1 había dejado en manos del príncipe heredero de Bahrein la decisión de celebrar o no el primer Gran Premio de la temporada. El dinero es el dinero y no _sería él quien incumpliese ningún acuerdo. Es con la familia real con quien la Fórmula 1 tiene firmado el contrato de la carrera y para ella quedaba el papelón. El diminuto país, una pequeña isla en el Golfo Pérsico, vive una situación política algo más que complicada, en plena revuelta popular contra la monarquía dominante. Un comunicado desde la oficina de prensa del circuito confirmó ayer la noticia esperada. «El reino de Bahrein renuncia a acoger la carrera de este año para que el país pueda centrarse en la construcción de un nuevo diálogo nacional». Por lo tanto, el Mundial comenzará en Australia el 27 de marzo y no el 13 en Bahrein.
«Creemos que era importante para el país centrarse en los problemas inmediatos y dejar la celebración de la Fórmula 1 para una fecha posterior», palabra de Salman bin Hamad al Khalifa, comandante en jefe del Ejército y príncipe heredero, muy cuestionado por un pueblo acampado por millares en la plaza de la Perla, centro de la capital, Manama.
«No se ha tomado ninguna decisión sobre una nueva fecha para reubicar la carrera». La frase final del comunicado, junto al emplazamiento para una «fecha posterior» al que se refiere el príncipe, abre la puerta a la posibilidad de un aplazamiento en lugar de una cancelación. En círculos próximos a la organización barajaban el 6 de noviembre para reubicar el Gran Premio. Sería después de la primera carrera de la historia en India y antes de la penúltima cita del Mundial, en Abu Dhabi. Se juntarían tres fines de semana consecutivos de competición.
Al rato del anuncio, la Federación Internacional (FIA) reforzaba la decisión bahreiní y alentaba a los que creen en la idea de retrasar la cita. «Apoyamos la decisión de posponer el Gran Premio de Bahrein». Con esa expresión abren opciones a recuperar la carrera antes de que termine el año. No obstante, el anuncio no podría demorarse, pues retomar una fecha con la que ya no se cuenta si el campeonato ya está iniciado es alimentar la polémica que ya acompaña habitualmente a la Fórmula 1.
Bernie Ecclestone, como presidente de Formula One Management (FOM), dueña de los derechos del Mundial, expresó su apoyo a la determinación tomada. «Es triste que Bahrein haya tenido que retirar la carrera. Deseamos que la nación sane sus heridas cuanto antes. La hospitalidad de Bahrein y sus gentes es un distintivo de esta carrera y esperamos estar de vuelta pronto», decía el magnate inglés en el comunicado que avanzaba la noticia.
Con el Gran Premio se caen también los entrenamientos previstos para el próximo día 3, que se trasladan al día 8 de marzo y al circuito de Montmeló.
Sea como sea, no quedan dudas de que el estreno de la temporada será en Australia, un privilegio que había perdido la cita de Melbourne a favor de Bahrein. Será la primera de las diecinueve carreras que tendrá un campeonato previsto inicialmente sobre veinte, el más largo de la historia.
Desde el año 1950 se celebra la Fórmula 1 y nunca un Gran Premio se había suspendido. Sí hubo cambios de fecha, como en Spa en 1985, que pasó de junio a septiembre después de que el asfalto se levantase en la primera sesión de entrenamientos libres; pruebas clandestinas, en el Jarama (1980), por problemas entre los órganos rectores del campeonato, y otra en Estados Unidos 2005, con sólo seis coches en la pista por motivos de seguridad.
Ecclestone ha construido un show inmune a lo que sucede fuera del paddock, que resiste nubes volcánicas, circuitos recién terminados, tifones y lo que haga falta. No había nada previsto para revueltas populares, pero Bernie no ha dicho la última palabra.
Apoyo unánime para «una decisión sabia»
El comunicado de Lotus-Renault resume el sentir de la familia de la Fórmula 1. «La situación en Bahrein es muy difícil para el país. La decisión es sabia y la apoyamos plenamente», puso la escudería en boca de su director, Eric Boullier. El apoyo fue unánime, pero sólo Mark Webber se había atrevido a pronunciarse antes de conocer la postura oficial. Ayer ratificó lo dicho el día anterior. «Creo que se ha optado por el camino adecuado. Habría sido bonito ir a Bahrein, pero hay esperanzas de que el país aún pueda albergar la carrera de nuevo», dijo el australiano.
Para Virgin, la postura bahreiní es «apropiada» y la voz en Ferrari la puso Felipe Massa, que conoció la noticia al bajarse del coche en los entrenamientos de ayer en Montmeló. «Están sucediendo cosas preocupantes allí. No podemos presentarnos en Bahrein con una carrera de Fórmula 1. No era el momento adecuado para viajar, por los aficionados del país y por los de todo el mundo que estarían viéndonos por televisión. Es un país que me gusta, donde la gente es muy entusiasta. Mejor encontrarnos todos cuando se consiga la tranquilidad», dijo el piloto brasileño sobre la suspensión del Gran Premio.
Massa, el más rápido en Montmeló
El buen día de trabajo de Ferrari en Montmeló quedó eclipsado por las noticias que llegaban desde Bahrein. Pero en la última de las cuatro jornadas de pruebas, Felipe Massa consiguió el mejor tiempo del día, que también fue el más rápido de todo el periplo en el circuito catalán.
Las próximas pruebas, de nuevo en Barcelona
De la mala noticia en torno a Bahrein saca su particular tajada el circuito de Cataluña. Suspendida la que iba a ser la primera carrera de la temporada y también los entrenamientos que allí estaban previstos a partir del día 3 del mes próximo, los equipos han alcanzado un acuerdo y han programado cuatro jornadas de trabajo en Montmeló. Será entre los días 8 y 11 de marzo, esta última fecha era la fijada inicialmente para la primera tanda libre en Bahrein.
Kubica, en buen estado tras la tercera operación
El piloto de Lotus-Renault Robert Kubica descansa en la planta de rehabilitación del hospital italiano de Santa Corona, donde permanece desde hace dos semanas tras el accidente que sufrió cuando corría un _rally. Fuentes hospitalarias informan de que su estado de salud es bueno después de la tercera operación a la que le han sometido, esta vez para intervenir en las fracturas que presentaba en el codo. Entre las tres cirugía, el polaco suma un total de 25 horas en el quirófano.