Sebastian Vettel está prolongando esta campaña su gran final de la pasada, en la que por aciertos propios y errores ajenos (Alonso y Webber) se hacía con su primer campeonato. Su racha de podios consecutivos alcanza los ocho, y su balance en las seis primeras carreras del presente campeonato forman parte ya de la historia de la Fórmula 1. Y es que sus cinco victorias y un segundo puesto igualan los mejores números a estas alturas de campeonato que hasta ahora estaban en poder del británico Nigel Mansell con Williams en 1992, y del alemán Michael Schumacher con Benetton en 1994.
Llegar de líder a la sexta carrera no garantiza el éxito, aunque desde 1990 sólo hubo dos excepciones: en 1993, cuando el brasileño Ayrton Senna se veía superado por el francés Alain Prost, y en 2007, cuando el británico Lewis Hamilton acababa pagando la lucha interna en el seno de McLaren con Fernando Alonso para mayor gloria del finlandés Kimi Raikkonen.
El piloto que más veces era líder tras la sexta cita del año y terminó sin corona es precisamente Prost, que en 1983, 84 y 88 veía cómo la corona era al final para el brasileño Nelson_Piquet (83 y 87) o para el austríaco Niki_Lauda (84).
Piquet ya mandaba en la general tras la sexta carrera en 1987, aunque no había logrado ninguna victoria (cuatro segundos), aunque el caso más extremo fue el de Keke Rosberg, el padre del piloto de la actual parrilla Nico Rosberg, que ganó el campeonato de 1982 a los mandos de un Williams cuando tras las seis primeras citas sólo había logrado dos segundos puestos y un quinto, siendo cuarto en la clasificación tras Pironi, Prost y Watson.
Vettel este año no parece tener rival. No lo ha tenido al menos en estas seis primeras carreras, y la fiabilidad del Red Bull es tal que el alemán bien podría incluso plantearse superar el récord de su compatriota Michael Schumacher, que cerró la temporada de 2004 con 13 victorias, 2 segundos y un séptimo puesto en las 17 citas del año.