Movimiento de fotógrafos frente al campamento de Ferrari. ¿Viene un piloto? No. Es David Guetta. Sus discos suenan en las pistas de baile de todo el mundo, reina los jueves del verano ibicenco en la mítica Pachá y ayer debía poner a brincar a los vips del Gran Premio en el F1 Rocks, la fiesta que acompaña a las carreras con más tirón de invitados. Guetta saludó a Massa, visitó la caseta de invitados y se fue directo a saludar a Ecclestone. Le tuvieron que explicar al jefazo de la Fórmula 1 quién era este tipo con melenas que estaba sentado en una de las mesas de su carpa de hospitalidad. «Encantado de conocerte, ¿eres muy bueno en lo tuyo, no?», le soltó Bernie, frente a la perplejidad del disc jockey del momento.
Muy cerca de allí, Felipinho, el hijo de Massa, nacido a finales de 2009, cuando su padre se recuperaba del grave accidente que casi le saca de las carreras, pegaba pelotazos contra la valla que separa el paddock del mar. El pequeño jugaba ajeno y le hacía monerías al peludo pinchadiscos, sin saber que hoy tendrá por allí a dos campeones del mundo de fútbol.
Anoche el Guaje Villa debía estar junto a Pepe Reina en la cena que monta Valmor, la empresa organizadora, a beneficio de la fundación del futbolista del Villarreal Marcos Senna.
Villa, de vacaciones con Reina y sus familias, viajó a Valencia con su familia y hoy se le espera de visita por el circuito junto al Speaker «oficial» de la selección española, que también es uno de los suplentes de Casillas.